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Por: Nancy DeMoss Wolgemuth

Este artículo forma parte del devocional «El lugar apacible«

Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito (Job 1:21).

NINGÚN ENTENDIMIENTO DE LA GRATITUD puede ser completo sin reconocer algo más —lo que cuesta— y cómo pueden ambos sobrevivir y proliferar en medio del dolor, la pérdida y la adversidad.

Pienso en mi viejo colega Charles Archer, cuya vida fue sacudida un verano con la alarmante noticia de que su esposa de treinta y ocho años de edad, sufría de ALS: la enfermedad de Lou Gehrig [esclerosis lateral amiotrófica]. En muy poco tiempo, Joann perdió sus fuerzas y sus capacidades. Perdió su capacidad de hablar, de alimentarse por sí misma, de acostarse o levantarse de la cama.

Después de treinta y un meses de deterioro de su salud y fortaleza, el Señor, finalmente, la liberó de la prisión de su cuerpo ¡y se la llevó a su hogar celestial (acompañada por sus ángeles, desde luego)!

A lo largo de su difícil prueba, Charles enviaba mensajes regulares por correo electrónico, para poner al tanto de la condición de Joann a amigos y compañeros de trabajo. A pesar de las muy pocas noticias positivas que tenía para informar, me impresionaba la manera en que a menudo firmaba al pie de su correo: “Con gratitud, Charles”. Su confianza en la bondad y sabiduría de Dios —para darle y quitarle a su preciosa esposa— le permitió bendecir al Señor y expresar gratitud cuando tuvo que enfrentar circunstancias que podrían haberlo llevado a la amargura y a la desesperación.

No, los días no siempre son fáciles. Las noches pueden alargarse hasta que finalmente logras quedarte dormido, totalmente exhausto, por un par de horas. Pero aquellos que le dicen que no al resentimiento y sí a la gratitud, aun frente a un terrible dolor, una incomprensible pérdida y una constante adversidad, son aquellos que hacen más que simplemente sobrevivir. Son los que se levantan contra una ola de recuerdos, amenazas, pérdidas y tristeza, y reaccionan. Con gratitud.

¿Qué circunstancias estás enfrentando en donde la respuesta natural no sería precisamente la gratitud? ¿Qué sabes de los preceptos y los caminos de Dios que podrían ayudarte a bendecirlo en medio de tu prueba?

*Nancy Leigh DeMoss es una autora y predicadora cristiana estadounidense. A la vez es anfitriona de los programas de radio Revive Our Hearts («Aviva Nuestros Corazones«


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