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Por: E.M. Bounds

Este artículo forma parte de la serie «El poder de la oración»

Invócame en el día de la angustia; Yo te libraré y tú me honrarás – Salmos 50:15

Existen muchas declaraciones en la Palabra de Dios que presentan las posibilidades, la naturaleza y los efectos de largo alcance de la oración.

Sin embargo, el rango de la oración es tan grande como la angustia, tan universal como la tristeza y tan infinito como el dolor. La oración puede aliviar todos esos males que llegan al pueblo de Dios. No hay lágrima que la oración no pueda secar. No hay depresión de espíritu que no pueda elevar. No hay desesperación que no pueda disipar.

La oración siempre trae a Dios para que nos ayude, para bendecir y alentar, y trae maravillosas revelaciones de Su poder.

Señor Dios, sé que en esta vida tendremos angustias. Pero gracias porque podemos saber que no tenemos que desanimarnos, porque Tú has vencido a este mundo. Amén.

Tomado de «El poder de la oración» de E.M. Bounds


*Edward M. Bounds (1835-1913) es ampliamente conocido y apreciado por toda la comunidad cristiana por sus libros sobre la oración, los cuales se han vendido cientos de miles de ejemplares en los principales idiomas, son lectura insuperable para la hora quieta, la meditación cuidadosa y profunda; verdaderos oasis en tiempos de sequía espiritual, voces vivientes de consuelo y esperanza, que siguen hablando años después de que su autor se haya ido de la Tierra.


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