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Por: A.W. Pink
Este artículo forma parte de la serie: El castigo eternal.
1. «Excluidos de la presencia del Señor»
Se habla de ellos como los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor» (2 Tesalonicenses 1:9). Nadie, sino quien realmente conoce a Dios, puede comenzar a estimar lo que significará ser desterrado eternamente del Señor. ¡Separado para siempre de la Fuente de toda bondad! ¡No disfrutar nunca de la luz del rostro de Dios! No poder disfrutar nunca del sol de Su presencia. Esto, esto es lo más terrible de todo. 2 Tesalonicenses 1:9 proporciona una clara indicación de que el juicio de Mateo 25, con su sentencia eterna, mira más allá del juicio. El «excluidos de la presencia del Señor» es paralela a «Apartaos de mí, malditos>>.>>
2. «Castigo eterno»
Se habla de la porción final de los malvados como «castigo eterno» (Mateo 25:46). En 1 Juan 4:18 la misma palabra griega se traduce como «castigo». Este término anuncia la satisfacción de la justicia de Dios. Al castigar a los malvados, Dios reivindica Su majestad ultrajada. En esto el castigo difiere de la corrección o la disciplina. El castigo no está diseñado para el bien de quien lo sufre. Está destinado a imponer la ley y el orden; es necesario para la preservación del gobierno.
3. «Tormento»
Se habla de la porción final de los malvados como un «tormento». Esto se demuestra por el hecho de que el fuego eterno al que son arrojados los malvados está preparado para el diablo y sus ángeles» (Mateo 25:41), lo cual enfatiza lo espantoso de este castigo, en lugar de especificar quiénes van a soportarlo. Este versículo establece la severidad del castigo de los perdidos. Si el fuego eterno está preparado para el diablo y sus ángeles», ¡qué intolerable será! Si el lugar de tormento eterno al que serán arrojados todos los incrédulos es el mismo en el que sufrirá el archienemigo de Dios, qué terrible debe ser ese lugar.
Que este fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles, produce el más espantoso sufrimiento está claro en Apocalipsis 20:10, donde se nos dice que Satanás será «atormentados día y noche por los siglos de los siglos». Sin duda, este tormento será tanto interno como externo, mental y físico. La palabra aparece por primera vez en el Nuevo Testamento en Mateo 8:6, «Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado». La misma palabra aparece de nuevo en Apocalipsis 9:5 donde leemos de langostas infernales, que salen del Abismo, y a las que se les da poder para atormentar a los hombres, cuya naturaleza se explica como «tormento de escorpión cuando hiere al hombre». Tan intensos serán los sufrimientos causados por ellos que «los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos» (Apocalipsis 9:6). Este tormento, pues, no puede significar menos que el dolor más insoportable que ahora somos capaces de concebir. No sabemos hasta qué punto los dolores del infierno superarán a los de la tierra.
Fragmentos extraídos del libro “El castigo eternal”, puede ver más detalles del libro siguiendo ESTE ENLACE
*A.W. Pink. Fue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas