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Por: Teología Sana
En una de las tragedias más dolorosas de la historia reciente de la República Dominicana, el colapso repentino del popular centro nocturno “Jet Set” ha dejado un saldo desgarrador: 225 personas fallecidas y un alto número de heridos, muchos de ellas en estado crítico. La catástrofe ha conmocionado profundamente a toda la nación, afectando a familias de todos los estratos sociales y extendiendo el luto a dominicanos dentro y fuera del país.
El pastor Sugel Michelén, invitado en un programa «Entendiendo Los Tiempos» para reflexionar sobre esta tragedia, hizo un llamado al pueblo a no buscar respuestas simplistas ante tanto dolor. “No podemos pretender comprender totalmente lo que Dios está haciendo, pero sí podemos confiar en que Él es soberano, sabio y bueno, incluso cuando no entendemos”, afirmó.
El impacto de la tragedia ha sido descrito como «complejamente doloroso», tocando a miles de familias que han perdido padres, hijos, hermanos y amigos. En palabras del pastor Sugel, «todos conocemos a alguien afectado directamente por esta tragedia; estamos viviendo un duelo nacional».
Durante el programa, también se abordaron las preguntas difíciles que surgen en momentos así: ¿Dónde estaba Dios cuando esto sucedió? y ¿Cómo encontrar consuelo en medio de tanta pérdida? El pastor recordó el ejemplo de Jesús llorando ante la tumba de Lázaro, validando el dolor humano, y enfatizó que la Biblia nos llama a «llorar con los que lloran«, siendo solidarios y compasivos con los que sufren.
“Dios no es un espectador pasivo. Aunque no entendamos sus caminos, Él está presente incluso en medio del dolor. Nuestro deber como cristianos es acompañar a los dolientes, llorar con ellos, y en su momento, traer el consuelo de la Palabra de Dios, que es la única que puede sanar verdaderamente el corazón afligido”, afirmó Michelén.
Además, el pastor exhortó a evitar interpretaciones erróneas de la tragedia como un juicio divino, recordando las palabras de Jesús en Lucas 13, donde el Señor corrigió esa misma percepción en su tiempo.
En medio del dolor nacional, este espacio ofreció un mensaje de esperanza: “Dios sigue en su trono. Aun cuando no comprendamos lo que Él permite, podemos confiar en que sus propósitos son buenos y eternos. Este es un tiempo para mirar hacia arriba, buscar a Dios y recordar que en Él aún hay esperanza”.
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