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En 2019, la aldea de Naquitengue, en la provincia de Cabo Delgado, Mozambique, fue escenario de una tragedia que marcó profundamente a la comunidad cristiana.
Durante un ataque del grupo extremista Al-Shabaab, liderado por un joven de aproximadamente 14 años, los habitantes fueron sometidos a una violencia indescriptible. Los terroristas separaron a los cristianos de los musulmanes, asesinando a sangre fría a los primeros y dejando intactos a los segundos.
Ernesto, un joven cristiano, fue secuestrado junto con otros aldeanos. Obligado a cargar los objetos saqueados por los extremistas, sufrió una caída debido al peso.
Al intentar recitar una oración islámica para aliviar su carga, reveló su fe en Jesús, lo que provocó la burla y tortura por parte de los terroristas. Le cortaron parte de su oreja y lo obligaron a comérsela.
La brutalidad no cesó allí. Los extremistas, decididos a matarlo «como Jesús», lo crucificaron en un árbol, clavando su rodilla y atando sus brazos con alambre.
Cuando intentaron prenderle fuego, un milagro ocurrió: una pareja sobreviviente apagó las llamas, salvando su vida. Tras 45 días en el hospital y con el apoyo de la organización Puertas Abiertas, Ernesto comenzó su proceso de sanación, tanto física como emocionalmente.
Persecución a cristianos
Este testimonio es solo una de las muchas historias de persecución que enfrentan los cristianos en Mozambique, informa Guíame.com.
Desde 2017, la provincia de Cabo Delgado ha sido escenario de ataques constantes por parte de grupos extremistas, resultando en miles de muertes y desplazamientos forzados. Iglesias y hogares han sido destruidos, y la comunidad cristiana continúa siendo blanco de ataques.
Sólo rogando al Señor, fuerzas para resistir de nuestros hermanos y estar preparados porque estas pruebas pueden no estar lejos para cualquier que muestre su fe y obediencia.
Creo que las persecuciones no van a parar . Pero debemos orar por los perseguidos en su angustia Dios los librará conforme a su misericordia . Fe y fuerza para los familiares .