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Mirembe, una mujer recién convertida a Cristo temía que Mbulalina revelara a su esposo, un hombre musulmán, que asistiría a un culto cristiano, lo que podría costarle la vida, pero su amiga la animó a confiar en Dios y la convenció de participar.
Tras ser presentada como nueva creyente en el servicio, al regresar se encontraron con su marido, Adamu Mukungu, cerca de la iglesia, quien ignoró su saludo.
“Te vi salir de la iglesia. Lo que has hecho es muy malo, sobre todo en este Ramadán”, le reprochó Mukungu, según el relato del amigo.
“Inmediatamente empezó a abofetear a su esposa”, dijo el amigo.
“Empecé a gritar pidiendo ayuda. Entonces Mukungu sacó un cuchillo largo y empezó a cortarla con él”, añadió.
Al ver que miembros de la iglesia y un anciano se acercaban, huyó del lugar. Trasladaron a Mirembe a una clínica, pero su estado empeoró y fue derivada a un hospital en Bugiri, donde los médicos detectaron graves hemorragias internas y externas.
La declararon muerta a las 3:45 am del 24 de marzo. Mukungu escapó, y la policía sigue en su búsqueda.
Mirembe, madre de seis hijos, es una de las miles de víctimas de persecución religiosa en Uganda documentadas por Morning Star News.
Aunque la Constitución ugandesa garantiza libertad religiosa, incluyendo la conversión de fe, los ataques a cristianos persisten, especialmente en zonas orientales con mayor presencia musulmana (12% de la población nacional).
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No puede ser che! Que barbaridad. Hay que detener está locura. Los Musulmanes no tienen ningún derecho de quitar la vida de otros por creer otra cosa. A ver cómo intervienen! Que locura. Dios de todas maneras tiene la última palabra!