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Por: Paul D. Tripp.

Este artículo forma parte de la serie: «Nuevas Misericordias cada mañana» de Paul D. Tripp

La adoración congregacional está diseñada para confrontarte con el punto de vista de la vida centrada en la cruz de un hombre muerto y la tumba vacía de un hombre vivo.

Hay dos temas de los que he estado escribiendo y hablando una y otra vez. Los mencionaré de nuevo aquí:

1. Lo seres humanos hechos a imagen de Dios no viven la vida con base en los hechos de su experiencia, sino en la interpretación de los hechos. Sea que lo sepas o no, fuiste diseñado por Dios para encontrarle sentido a las cosas. Eres un ser humano racional (incluso aunque no siempre lo demuestres) y tienes un deseo constante de darle sentido a la vida. Así que siempre estás pensando e interpretando. No estás respondiendo en sí a lo que está sucediendo a tu alrededor; respondes a lo que hace sentido a tu alrededor. Esto significa que siempre cargas con una especie de filtro que te ayuda a encontrar el sentido de lo que sucede a tu alrededor. Todos creen en algo. Todos asumen que ciertas cosas son verdad. Todos tienen un sistema de “conocimiento” en sus vidas que les ayuda a explicar y entender el mundo.

2. No hay nadie más influyente en tu vida que tú, porque nadie habla contigo más que tú. Nunca dejamos de hablarnos a nosotros mismos. Estamos en una constante conversación con nosotros mismos sobre de Dios, sobre otros, sobre nosotros mismos, sobre el significado y propósito de la vida, sobre nuestra identidad, etc. Las cosas que te dices a ti mismo sobre Dios y la vida son profundamente importantes porque ellas forman y moldean la manera en que respondes a las cosas que Dios ha puesto en tu bandeja. Verás, siempre te estás predicando a ti mismo una clase de cosmovisión, o una clase de “evangelio”. La pregunta es: ¿qué es lo que te estás diciendo a ti mismo?

Pablo argumenta de manera profunda que el evangelio de “la cruz del hombre muerto y la tumba vacía del hombre vivo”, del Señor Jesucristo, el cual el mundo ve como una absoluta locura, es, de hecho, lo más sabio. Es la única manera de poder encontrarle sentido a la vida. Es con el único lente a través del cual puedes ver la vida. Es la única clase de sabiduría que da una respuesta final y confiable a las preguntas fundamentales de la vida que todo el mundo se hace. Y, al centro de este mensaje de sabiduría, no solo están unas cuantas ideas, sino una persona, quien, en su vida y muerte, te ofrece no solo respuestas, sino la gracia que necesitas para ser lo que fuiste llamado a ser.

Para profundizar y ser alentado: 1 Corintios 1:18-25


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