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La persecución religiosa en Nigeria despliega un doble rostro: fundamentalismo islamista y disputas territoriales con pastores fulani. Cada año, miles de cristianos mueren entre fuegos cruzados por fe y territorio.

La Navidad de 2023 fue escenario de una masacre coordinada: 160 muertos y 300 heridos en ataques atribuidos a milicias fulani. El estado de Plateau se convierte en epicentro de esta violencia sistémica y deshumanizante.

Casas convertidas en cenizas, familias fracturadas y una comunidad traumatizada. La Nochebuena del pastor Gideon le dejó con su esposa embarazada y cinco hijas fallecidas entre las llamas.

Aun con dolor, su testimonio desafía el odio al perdonar a los asesinos de su familia. En su diálogo con Voice of the Martyrs, reveló cómo la fe cristiana transformó su luto en esperanza.

“Si me mostraran al responsable, quizás sería más fácil optar por la venganza. Sin embargo, como alguien nacido de nuevo en Cristo, sé que Jesús nos enseña a perdonar, porque el perdón es una de las características fundamentales del cristiano”, respondió el pastor durante el podcast.

“No hay nada tan grande que no pueda ser perdonado, ni tan pequeño que no merezca perdón. Por eso, he decidido perdonarlos, con la esperanza de que Dios les muestre que el perdón es real. Un cristiano debe perdonar, y yo los he perdonado”, añadió.

La ola de violencia incluyó incursiones extremistas que arrasaron comunidades cristianas: edificaciones quemadas, víctimas mortales y desplazados masivos. En el caos, el hogar del pastor quedó consumido por el fuego.

Tomado de aquí


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