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Por: F.B. Meyer*.

Este artículo forma parte de la serie: «120 meditaciones de F.B. Meyer«

«Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezasMateo 6:24

Nuestro Señor usa dos palabras importantes, riqueza y servir, que es el sometimiento del esclavo a los antojos del dueño. Nuestro Señor pone en yuxtaposición a los dos amos (Dios, el Padre benefactor, y las riquezas) y dice que todos tendremos que escoger entre los dos. Cualquiera que usted elija servir llegará a ser la fuerza dominante en su vida, y no tendrá otra opción que obedecer a uno de los dos.

Observe el riesgo del cristiano que cae bajo la influencia de la avaricia, lo que Pablo llama idolatría (véase Col. 3:5 y Ef. 5:5). Al final del proceso, sea largo o corto, renunciaremos totalmente al servicio de Dios y nos convertiremos en esclavos de la producción de dinero. La relación más leve con los círculos comerciales da evidencia de la tiranía de las riquezas, que apremia a sus esclavos para afanarse día y noche; demanda el sacrificio del amor y la salud, del disfrute del hogar y del placer natural; insiste en que todo interés estará subordinado a su servicio absorbente; y al final de la vida lanza a sus devotos, quebrados y pobres, a la orilla de la eternidad. No tomemos esta decisión a la ligera, porque la enfrentamos casi todos los días. Y lo que decidamos tendrá repercusiones para toda la eternidad.

Reflexión: ¿Por qué el dinero puede llegar a ser un ídolo tan fácilmente? ¿A quién o a qué sirve?

*Frederick Brotherton Meyer, un contemporáneo y amigo de D. L. Moody y A. C. Dixon, fue un pastor bautista y evangelista en Inglaterra involucrado en el ministerio y el trabajo misionero en el centro de la ciudad en ambos lados del Atlántico.


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