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Por: R. C. Sproul.
Este artículo forma parte de la serie «Qué buena pregunta«
Algunas personas ven la controversia con respecto al liderazgo de las mujeres en la iglesia como si se tratara simplemente de un choque entre dos puntos de vista: uno que adopta cierta forma de liberación femenina, por un lado, y el otro como si fuera un chauvinismo masculino intransigente. Sin embargo, esa es una aproximación simplista a la polémica cuestión de la ordenación de las mujeres.
En 1 Timoteo 2:12, el apóstol Pablo expone los requisitos para el liderazgo de la iglesia, y hace la afirmación: “Yo no les permito a las mujeres que les enseñen a los hombres ni que tengan autoridad sobre ellos.” Ahora, notemos que no dice: “No permitiré que una mujer sea pastora” o “No permitiré que una mujer sea ordenada para el ministerio.” Dice: “Yo no les permito a las mujeres que les enseñen a los hombres ni que tengan autoridad sobre ellos.” Es ahí donde yace el problema. El verbo que usa Pablo en este pasaje y que se traduce como “tener autoridad” aparece una sola vez en todo el Nuevo Testamento en este contexto particular. Puesto que esta palabra es usada solamente una vez en el Nuevo Testamento y pocas veces aparece en otra literatura griega de la época que haya llegado hasta nuestros días, no estamos exactamente seguros de qué significa esta palabra. Aun así, nos esforzamos por ser obedientes a las pautas y restricciones que se exponen en el Nuevo Testamento para el gobierno de la iglesia.
Yo diría que Pablo le prohíbe a la mujer tener alguna clase de autoridad. A medida que estudio los patrones sobre este tema en el Nuevo Testamento, creo que lo que Pablo está diciendo es que las mujeres pueden comprometerse en toda clase de funciones ministeriales en la iglesia, pero que el rol de la autoridad jurídica o gobernante no debe estar en manos de las mujeres. Yo agregaría que la abrumadora mayoría de los eruditos del Nuevo Testamento a lo largo del tiempo ha estado de acuerdo con la posición que acabo de sostener. Sé que en ciertas denominaciones, ordenación significa que a una persona se le da autoridad gobernante en la iglesia. Si el apóstol lo prohíbe y lo prohíbe para todas las generaciones, obviamente la práctica de aquello, sea hoy, ayer o mañana, sería incompatible con la autoridad apostólica y, por lo tanto, incompatible con la autoridad de Cristo.
Tomado de ¡Qué buena pregunta! Copyright © 1996 por R.C. Sproul.
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