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Por: J.C. Ryle
Leer: Juan 8: 37 – 47
En estos versículos se nos enseñan la realidad y la naturaleza del diablo. Nuestro Señor habla de él como alguien cuya personalidad y existencia están fuera de cualquier duda. Con solemnes palabras de reproche, dice a sus incrédulos enemigos: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo”; sois guiados por él, hacéis su voluntad y mostráis lamentablemente vuestra semejanza con él. Y luego hace un tenebroso retrato de él y lo describe como un “homicida” desde el principio y un “mentiroso” y padre de mentiras.
¡El diablo existe! Tenemos a un poderoso enemigo invisible que nos ronda constantemente; que no duerme ni descansa; que está en nuestro camino y junto a nuestro lecho, vigila todos nuestros actos y no nos dejará hasta que muramos. ¡Es un homicida! Su gran objetivo y finalidad es destruirnos para siempre y asesinar nuestras almas. Sus obras van encaminadas incesantemente a destruirnos, arrebatarnos la vida eterna y arrastrarnos a la segunda muerte en el Infierno. Siempre está rondando buscando a quién devorar. ¡Es un mentiroso! Intenta engañarnos constantemente por medio de falsas expectativas, como engañó a Eva al principio. Siempre nos está diciendo que lo bueno es malo y lo malo es bueno, que la verdad es falsedad y la falsedad es verdad, que el camino ancho es bueno y el camino estrecho es malo. Hay millones que viven cautivos por causa de su engaño y le siguen, tanto ricos como pobres, cultos como incultos, de posición social alta y baja. Las mentiras son sus armas predilectas. Son muchos los destruidos por medio de ellas.
Estas son cosas terribles, pero ciertas. Vivamos creyendo en ellas. No seamos como muchos que se burlan, se mofan y niegan la existencia del mismísimo ser que los está llevando invisiblemente al Infierno. Creamos que hay un diablo y velemos, oremos y luchemos contra sus tentaciones. A pesar de que es fuerte, hay otro más fuerte que él que dijo a Pedro: “Yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Lucas 22:32). No debemos sorprendernos de que abunde tanto mal si consideramos que hay un ser como el diablo que recorre el mundo de un lado a otro. Pero teniendo a Cristo de nuestro lado no debemos temer. Más grande es el que está con nosotros que el que está en contra nuestra. Escrito está: “Resistid al diablo, y huirá de vosotros”; “El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies” (Santiago 4:7; Romanos 16:20).
* John Charles Ryle fue un obispo evangélico anglicano inglés. Fue el primer obispo anglicano de Liverpool y uno de los líderes evangélicos más importantes de su tiempo.