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Por: Shona Murray

¿Problemas para dormir por ansiedad? Recuerda estas verdades

Creo que Dios cuidará mi familia, mi trabajo o mis estudios. Me niego a creer la mentira de que todo depende de mí. Creo en la soberanía de Dios y confío en que no necesita que yo trabaje en exceso o duerma poco para terminar todo el trabajo (Sal 127:1– 2).

Creo que Dios creó mi humanidad, y necesito seguir sus instrucciones para conservarla. Me niego a creer la mentira de que soy única. No soy más fuerte que otros y por tanto tengo la misma necesidad de su don del descanso (Sal 3:5, 4:8). Como escribió Karen Swallow Prior, profesora en la Universidad Liberty: «Nuestra necesidad de reposo es tan central para nuestra humanidad que Dios ha establecido para ello un día por semana. De hecho, un tercio de nuestras vidas lo pasamos durmiendo… Ciertamente, a menudo tratamos al descanso menos como un amigo y más como un enemigo. Nunca somos más vulnerables que cuando dormimos. Tal vez por eso es que lo resistimos tanto»

Creo que mi cuerpo y mi alma están tan íntimamente vinculados que ambos se impactan mutuamente. Me niego a creer la mentira de que, si descuido mi cuerpo, mi alma y mi mente seguirán floreciendo.

Creo que el dormir es una de las mejores ilustraciones de mi descanso en Cristo. Me niego a creer la mentira de que debo ser reconocida por mi servicio sacrificial a Cristo en vez de ser reconocida por descansar en él.

Creo sólo en Dios y me niego a adorar ídolos. Me niego a idolatrar el éxito del trabajo y menospreciar el sueño. Me niego a idolatrar el entretenimiento nocturno y descuidar el sueño. Me niego a idolatrar el servicio a costa del sueño. Me niego a considerar que impresionar a mi jefe es más importante que dormir. Me niego a idolatrar un hogar perfecto a costa de dañar el templo de mi cuerpo. Nuestros patrones de sueño revelan nuestros ídolos.

Tomado del Libro «Renueva tu vida» de Shona y David Murray. Foto de Greta Bartolini en Unsplash


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