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Por: Teología Sana
Querido hermano en la fe,
Sé que hoy tu corazón puede estar inquieto. Quizás enfrentas incertidumbre, pruebas o decisiones difíciles. Es en estos momentos cuando el enemigo susurra dudas y el peso de la ansiedad intenta nublar tu confianza en el Señor. Pero quiero recordarte algo: Dios tiene un plan perfecto para tu vida. Aunque ahora no lo entiendas, aunque el camino parezca oscuro, Su propósito es bueno y fiel.
La Palabra de Dios nos exhorta a confiar en Él, no en nuestra propia comprensión: «Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas» (Proverbios 3:5-6). Hoy quiero animarte a aferrarte a esta verdad y descansar en la soberanía de Dios.
Dios es el Autor de nuestra historia. Desde antes de la fundación del mundo, Él ya había diseñado un plan para cada uno de Sus hijos. Jeremías 29:11 nos recuerda: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis». Esto significa que, aunque ahora no veas con claridad, Dios sigue obrando en cada detalle de tu vida.
A lo largo de la Biblia vemos ejemplos de hombres y mujeres que tuvieron que aprender a confiar en Dios. José fue vendido por sus hermanos, sufrió injusticia y prisión, pero al final reconoció que todo lo que vivió formaba parte del plan divino: «Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien» (Génesis 50:20). De la misma manera, aunque hoy no comprendas el propósito de tu dolor o prueba, Dios la está usando para tu bien.
Muchas veces queremos respuestas inmediatas, pero Dios nos llama a esperar en Él. Isaías 40:31 nos da una hermosa promesa: «Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán». La espera en Dios no es en vano. Es en esos momentos cuando nuestra fe se fortalece y aprendemos a depender completamente de Él.
Es posible que el temor y la ansiedad intenten robarte la paz, pero Filipenses 4:6-7 nos recuerda: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». La clave para vencer el temor es entregar nuestras cargas en oración y confiar en la paz que solo Dios puede dar.
Querido hermano, Dios no ha perdido el control de tu vida. Aunque no entiendas cada circunstancia, Su amor y fidelidad permanecen firmes. Confía en que Él está obrando en tu favor y que todo lo que permite tiene un propósito eterno.
Cuando la duda te invada, recuerda estas palabras de Romanos 8:28: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados». Él no te ha abandonado. Su plan es perfecto y Su tiempo es el mejor. Descansa en Él, porque quien confía en Dios jamás será avergonzado.
Con amor en Cristo,
Tu hermano en la fe.
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