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Por: Thomas Watson.
Este artículo forma parte de la serie: Todo obra para bien.
Los pecados de otros obran para bien, así como obran en nosotros la oposición más fuerte contra el pecado. «Porque han invalidado tu ley. Por eso he amado tus mandamientos>> (Salmo 119:126-127). David nunca habría amado tanto la ley de Dios, si los impíos no se hubieran opuesto tanto a ella. Cuanto más vio-lentos son los demás contra la verdad, tanto más valientes son los santos por ella. Los peces vivos nadan contra la corriente. De la misma manera, mientras más sube la marea del pecado, más nadan los piadosos contra ella. Las impiedades de los tiempos provocan pasiones santas en los santos. La ira que no tiene pecado es contra el pecado. Los pecados de los demás son como una piedra de afilar para afilar más nuestro filo; afilan más nuestro celo y nuestra indignación contra el pecado.
Los pecados de otros obran para bien, pues nos hacen más fervorosos en trabajar por nuestra salvación. Cuando vemos que los impíos se esmeran tanto por el infierno, esto nos hace más industriosos por el cielo. Los impíos no tienen nada que los anime, y, sin embargo, pecan. Se aventuran a la vergüenza y a la desgracia, rompen toda oposición. La Escritura y la con-ciencia están contra ellos; hay una espada flamígera en el camino, y, sin embargo, pecan. Los corazones piadosos, al ver a los impíos así (enloquecidos por el fruto prohibido y desgastándose al ser-vicio del diablo), se envalentonan y se avivan en los caminos de Dios. Tomarán el cielo por asalto. Los impíos son como camellos que corren tras el pecado (Jer. 2:23), ¿y nosotros nos arrastramos como caracoles en la piedad? ¿Harán los pecadores impuros más servicio al diablo que nosotros a Cristo? ¿Se apresurarán más a ir a la prisión del infierno que nosotros al reino de los cielos? Ellos no se cansan de pecar, ¿y nosotros nos cansamos de orar? ¿No tenemos nosotros mejor Maestro que ellos? ¿No son agradables los caminos de la virtud? ¿No hay alegría en el camino del deber, con el cielo al final de ese camino? La actividad de los hijos de Belial en el pecado es un acicate para que los piadosos corrijan su paso y corran más rápido hacia el cielo.
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*Thomas Brooks (1608-1680): Predicador congregacional; autor de Preciosos remedios contra las artimañas de Satanás (Precious Remedies against Satan’s Devices). Lee más datos biográficos EN ESTE ENLACE.