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Por: Thomas Brooks
Cuando a Paulino de Nola le arrebataron su ciudad, oró de la siguiente manera: «¡Señor, no permitas que me inquiete por la pérdida de mi oro, plata y honor — porque Tú eres todo y mucho más que todo esto para mí!». ¡Cristiano! ¡En la ausencia de todos tus más dulces goces, Cristo será el todo en todos para ti! «Mis joyas son mi marido», dijo uno. «Mis ornamentos son mis dos hijos», dijo otro. «Mis tesoros son mis amigos», dijo otro más. Y de la misma manera puede un cristiano, bajo sus mayores pérdidas, decir: «¡Cristo es mi más grandiosa joya, mi mayor tesoro, mi mejor ornamento, mi más dulce gozo!». Lo que todas estas cosas son para un corazón carnal o para un corazón mundano —eso y más— es Cristo para mí.
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*Thomas Brooks (1608-1680): Predicador congregacional; autor de Preciosos remedios contra las artimañas de Satanás (Precious Remedies against Satan’s Devices). Lee más datos biográficos EN ESTE ENLACE.