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Por: J.C. Ryle

Hay miles de personas familiarizadas con muchas ramas del conocimiento humano y que hasta pueden razonar y argumentar con respecto a la religión pero que, sin embargo, no saben nada de Dios en realidad. Admiten sin reservas que existe un Ser como Dios. Pero saben poco de la naturaleza y los atributos que se nos revelan en la Escritura, su santidad, su pureza, su justicia, la perfección de su conocimiento y su inmutabilidad. De hecho, la cuestión de la naturaleza y el carácter de Dios les incomoda y no les gusta tratarla.

El gran secreto para conocer a Dios es acercarse a Él por medio de Jesucristo. Enfocado de esta forma, no hay nada que deba asustarnos. Visto desde este punto de vista, Dios es el amigo del pecador. Dios sin Cristo bien puede alarmarnos. ¿Cómo mirar a un Ser tan santo y elevado? Dios en Cristo está lleno de misericordia, gracia y paz. Las exigencias de su Ley han sido satisfechas. Su santidad no tiene por qué asustarnos. Cristo, en pocas palabras, es la puerta y el camino a través de los cuales debemos acercarnos al Padre. Si conocemos a Cristo, conoceremos al Padre. Según sus propias palabras: “Nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). El desconocimiento de Cristo es la raíz del desconocimiento de Dios. Si está equivocado en el punto de partida, todo el conjunto de la religión del hombre es incorrecto.

Ahora bien, ¿dónde nos encontramos nosotros? ¿Lo sabemos? Muchos viven y mueren en una especie de neblina. ¿Hacia dónde vamos? ¿Podemos ofrecer una respuesta satisfactoria? Hay cientos que abandonan esta vida en la más absoluta de las incertidumbres. Que no haya nada incierto con respecto a nuestra salvación eterna. Cristo, la luz del mundo, está a nuestra disposición al igual que a la de los demás, si le seguimos humildemente, ponemos nuestras almas en sus manos y nos convertimos en sus discípulos. No malgastemos nuestras vidas como hacen miles —dudando, argumentando y razonando—, sino simplemente sigamos. El niño que dice que no aprenderá nada hasta que sepa algo jamás aprenderá nada en absoluto. El hombre que dice que debe entenderlo todo antes de convertirse en cristiano morirá en sus pecados. Comencemos por “seguir”, y entonces hallaremos luz.

*John Charles Ryle fue un obispo evangélico anglicano inglés. Fue el primer obispo anglicano de Liverpool y uno de los líderes evangélicos más importantes de su tiempo. 


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