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Por: A.W. Pink
Este artículo forma parte de la serie «La seguridad eterna»
Qué aliento hay aquí para los piadosos, quienes cuando ven a los numerosos hijos de Anac en el camino y escuchan de gigantes y ciudades amuralladas ante ellos, son propensos a temer su confrontación. Cuántos han temblado al reflexionar sobre la palabra de Cristo: “De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” (Mt 19:23, 24) cuando además dijo a los apóstoles: ¿Quién puede ser salvo entonces? Si es tan difícil llegar al Cielo, si la puerta y el camino son tan estrechos, y muchos de los que profesan comenzarlo resultan ser hipócritas y apóstatas, entonces ¿qué será de mí? Cuando esto suceda, recuerde la respuesta de Cristo a los sorprendidos discípulos, “con Dios todo es posible”. El que mantuvo a Israel en la marcha durante cuarenta años sin que sus zapatos se desgastaran, puede preservarte fácilmente, oh hombre de poca fe.
“Tuyo es el brazo potente; fuerte es tu mano, exaltada tu diestra” (Sal 89:13). Ese hecho se muestra grandiosamente en la creación. ¿Quién ha extendido la longitud de los cielos? ¿Quién sostiene los pilares de la tierra? ¿Quién ha establecido límites para el embravecido mar, de modo que no pase sus límites? ¿El dedo de quién encendió el sol, la luna y las estrellas, y mantuvo encendidas esas misteriosas lumbreras del cielo todos estos miles de años? ¿La mano de quién ha llenado el mar de peces, los campos con rebaños, y ha hecho que la tierra sea fértil y fructífera? Así también el brazo potente del Señor se manifiesta en el destino. ¿Quién dirige el destino de las naciones y establece los asuntos de los reinos? ¿Quién pone al monarca en su trono y lo echa de allí según le place? ¿Quién abastece las necesidades diarias de innumerables criaturas para que incluso el gorrión esté provisto cuando la tierra esté cubierta de nieve? ¿Quién hace que todas las cosas funcionen para bien de quienes lo aman, quienes conforme a su propósito fueron llamados aun estando en un mundo caído?
Cuando un alma se reconcilia verdaderamente con Dios y se deleita en Él, se regocija en todos Sus atributos. Al principio solo está capacitado para descansar en su guía y misericordia, pero a medida que crece en gracia y experiencia, se deleita en su santidad y poder. Esto es una señal de comprensión espiritual cuando hemos aprendido a distinguir las múltiples perfecciones de Dios, a disfrutar de cada una de ellas. Cuando percibimos cuán adorable es el carácter Divino, constituye una evidencia de una comunión más íntima con el Señor, de modo que meditamos sobre sus sublimes características por separado y en detalle, y lo alabamos y bendecimos por cada una de ellas. Cuanto más se nos dé a contemplar todos los rayos variados de Su luz pura, más nos ocuparemos de las muchas glorias de Su corona, y más nos inclinaremos maravillados ante Él. No solo percibiremos cuán infinitamente superior a nosotros es, sino cómo todo lo necesario para nuestras necesidades se encuentra en Él; gracia para enfrentar nuestra indignidad, misericordia para perdonar nuestros pecados, sabiduría para suplir nuestra ignorancia, fortaleza para enfrentar nuestra debilidad. “¿Quién como tú, oh, Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Ex 15:11).
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*A.W. Pink. Fue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas