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Por: Teología Sana
Esta carta forma parte de la serie: Cartas para creyentes
Querido hermano en la fe,
El sufrimiento es una realidad que toca la vida de cada cristiano. A menudo, nos preguntamos por qué Dios permite el dolor, especialmente cuando sentimos que hemos caminado fielmente con Él. Es natural que surjan preguntas: ¿Tiene algún propósito el sufrimiento? ¿Es solo una prueba de nuestra fe? Esta carta tiene como propósito recordarte, con base en la Palabra de Dios, que el sufrimiento no es en vano. Más bien, es una herramienta en las manos del Alfarero, que moldea y purifica nuestra vida para Su gloria y nuestro bien eterno.
La Biblia está repleta de enseñanzas sobre el sufrimiento, mostrando que Dios lo usa como un medio para cumplir Sus propósitos en nuestra vida.
1. El sufrimiento nos lleva a depender de Dios: En nuestra naturaleza humana, tendemos a confiar en nuestras propias fuerzas. Sin embargo, el apóstol Pablo escribió:
«Porque no queremos que ignoréis, hermanos, acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia, pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos» (2 Corintios 1:8-9).
Dios permite que enfrentemos situaciones que están fuera de nuestro control para enseñarnos a confiar plenamente en Él.
2. El sufrimiento nos moldea para ser más como Cristo: El propósito final de Dios es que seamos conformados a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29). Jesús mismo fue un varón de dolores, experimentado en quebranto (Isaías 53:3). Si queremos ser como Él, no debemos sorprendernos de enfrentar pruebas similares. Santiago nos anima:
«Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna» (Santiago 1:2-4).
3. El sufrimiento da testimonio de nuestra fe: Nuestra reacción ante las pruebas puede ser un testimonio poderoso para quienes nos rodean. Cuando mostramos el gozo y la paz de Dios en medio del dolor, reflejamos la esperanza que tenemos en Cristo. Pedro nos exhorta:
«Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría» (1 Pedro 4:12-13).
4. El sufrimiento nos prepara para la gloria eterna: Las dificultades de esta vida no se comparan con la gloria que nos espera. Pablo, quien sufrió inmensamente, declaró: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria» (2 Corintios 4:17).
Conclusión: Hermano querido, el sufrimiento no es un signo de que Dios te ha abandonado, sino una evidencia de que está trabajando en ti. Él es soberano incluso en las pruebas, y promete que todo lo que sucede obrará para bien si amas a Dios (Romanos 8:28). Aunque ahora no entiendas completamente el propósito del dolor, confía en Su amor y en Su plan perfecto.
Recuerda siempre las palabras de Jesús:
«En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).
Que estas verdades te animen a perseverar, sabiendo que Dios está contigo en cada paso del camino.
Bendiciones para todos , que bueno encontrar enseñanzas como estás y aún más cuando estás atravesando por momentos duros. Es aquí donde estas textos de dan esperanzas.
Es aquí donde experimentamos l compañía del creador.