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Por: A. W. Tozer
Este artículo forma parte de la serie «Encuentros con el Dios Todopoderoso»
Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. EFESIOS 1:17
Es de vital importancia que pensemos de manera profunda en Dios. Dado que Él es el fundamento de todas nuestras creencias religiosas, se deduce que si nos equivocamos en nuestras ideas de Dios, nos perderemos en todo lo demás. Los dioses falsos de la humanidad han sido y son muchos, casi tantos como los propios adoradores.
Se necesitaría un libro de buen tamaño solo para enumerar los dioses que han recibido un nombre y se han adorado en algún momento, en algún lugar del mundo. Por pura depravación, es probable que los obscenos dioses fálicos de los antiguos fueran los más bajos. Cerca de ellos y no muy arriba en la escala venían el escarabajo, la serpiente, el toro y toda una colección de pájaros, bestias cuadrúpedas y reptiles.
Pablo expresa con claridad que tal degradada adoración surgió por el envanecimiento en sus razonamientos y por sus corazones entenebrecidos como resultado del rechazo del conocimiento de Dios […] Las Escrituras son la única revelación confiable de Dios, y nos apartamos de ellas por nuestra cuenta y riesgo. La naturaleza nos dice algo sobre Dios, pero no lo suficiente como para salvarnos de sacar conclusiones erróneas sobre Él. Lo que podemos aprender de la naturaleza debe completarse y corregirse mediante las Escrituras si es que queremos escapar de los conceptos equivocados e indignos de Dios.
Señor, dale a tu iglesia y a sus líderes un espíritu de sabiduría y revelación, a fin de que podamos tener una apreciación adecuada de quién eres tú. Amén.