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Por: David Wilkerson
En tiempos de crisis, queremos hacer algo y arreglar la situación. Quedarnos quietos y esperar, va en contra de nuestra naturaleza; de hecho, esperar pacientemente que Dios actúe es probablemente lo más difícil del camino cristiano. Incluso los creyentes devotos, entran en pánico cuando el Señor no actúa rápidamente y a menudo claman desesperadamente: «Señor, ¡haz algo!”.
Dios está buscando un pueblo que confíe en Él en todas las crisis, tribulaciones y situaciones sin esperanza. De hecho, aunque sea difícil de entender, a menudo Dios nos lleva a situaciones que son alarmantes y difíciles, con el fin de probarnos. Él quiere ver si estamos dispuestos a permanecer quietos y esperar a que Él traiga una liberación sobrenatural. Él está produciendo buen fruto en nosotros y moldeándonos para ser ejemplos de fe, para ser Sus testimonios para con una generación pagana y sin fe.
«Por Jehová son ordenados los pasos del hombre y él aprueba su camino» (Salmos 37:23). La palabra hebrea «ordenados» aquí significa «preordenado, fijado, ordenado por Dios». Esto significa que es Dios, no el diablo, quien nos lleva a lugares difíciles. Él no solo permite nuestra tribulación, sino que lo hace a propósito, ¡y eso es difícil de aceptar!
Yo no creo que Dios, alguna vez nos conduzca al borde de una situación difícil, solo para abandonarnos luego. Él es absolutamente fiel a Sus hijos en cada crisis. Su intervención puede no ser de acuerdo a nuestra agenda, pero Él siempre obra; y es nuestra tarea y privilegio el estar quietos y confiar que Él nos dará la victoria.