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Por: Paul D. Tripp.
Este artículo forma parte de la serie: «Nuevas Misericordias cada mañana» de Paul D. Tripp
La cruz evidencia que, en las manos del Redentor, los momentos de aparente derrota se convierten en momentos maravillosos de gracia y victoria.
En el centro de la cosmovisión cristiana se encuentra este conocimiento radical: el momento más horrible de la historia fue el momento más maravilloso de la historia. Considera la cruz de Jesucristo. ¿Podría haber algo que sea más terrible que esto? ¿Podría haber una injusticia más grande que esta? ¿Podría algo ser más doloroso que esto? ¿Podría haber un sufrimiento mayor que este? El único hombre que ha vivido una vida perfecta en todos los sentidos, quien además entregó su vida en sacrificio por muchos, fue asesinado públicamente de forma cruel y despiadada. ¿Cómo es que el Hijo del Hombre murió? ¿Cómo pudo ser que la humanidad torturara al Mesías? ¿No fue este el fin de todo lo bueno, verdadero y hermoso? Si esto sucedió, ¿queda entonces esperanza para el mundo?
Bueno, la respuesta es sí. ¡Hay esperanza! La cruz no fue el fin de la historia. Dentro del plan justo y sabio de Dios, este momento desastroso y oscuro fue usado por Dios para redimir todo el desastre y la oscuridad que el pecado trajo al mundo. Este momento de muerte fue, al mismo tiempo, un momento de vida. Este momento desesperanzador fue el momento que introdujo la esperanza eterna. Este momento de terrible injusticia fue un momento de maravillosa gracia. Este momento de sufrimiento extremo garantiza que el sufrimiento será aniquilado un día, de una vez por todas. Este momento de tristeza le dio la bienvenida al gozo eterno. La captura y la muerte de Cristo compraron nuestra vida y libertad. La peor cosa que pudo haber sucedido fue, al mismo tiempo, la mejor cosa que pudo haber sucedido. Solo Dios es capaz de hacer algo así.
El mismo Dios que planeó que el peor momento de la historia fuera el mejor momento de la historia es tu Padre. Él gobierna sobre todos los momentos de tu vida y, a través de Su gracia poderosa, puede hacer por ti lo mismo que hizo por Jesús. Dios toma los desastres de tu vida y los transforma en instrumentos de redención. Toma tus fracasos y los convierte en herramientas de gracia. Él usa la “muerte” de un mundo caído para motivarte a buscar la vida. Las situaciones más difíciles de tu vida se transforman en dulces herramientas de gracia en Sus manos amorosas y tiernas.
Entonces, ten cuidado de cómo le das sentido a tu vida. Lo que parece un desastre tal vez sea un medio de gracia. Lo que parece el final puede ser el principio. Lo que parece caótico puede ser un instrumento de Dios para darte esperanza real y verdadera. Tu Padre está comprometido a tomar los desastres de tu vida para transformarlos en algo que es muy, muy bueno.
Para profundizar y ser alentado: Hechos 2:14-36