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Una madre de dos niños pequeños en Somalia se vio forzada a dejar a sus hijos tras sufrir graves heridas a manos de su esposo, quien reaccionó violentamente al enterarse de que ella había abandonado el Islam para convertirse en el cristianismo.

Fatuma, de 30 años y cuyo apellido se mantiene en el anonimato por motivos de seguridad, tomó la decisión de seguir a Cristo el 15 de octubre durante un servicio religioso clandestino en una aldea de la región de Mudug. Después de ser agredida por su marido el 8 de diciembre, Fatuma huyó de su hogar, dejando atrás a sus hijos de 4 y 6 años.

“Extraño a mis hijos, pero no puedo volver con mi marido porque me mataría”, dijo Fatuma a Morning Star News.

“Vivo con un gran dolor debido a mi fractura en la mano y a las graves cicatrices que han desfigurado mi rostro, además de llevar una vida estresante por estar separada de mis hijos. He perdonado a mi marido y estoy orando para que Dios cambie su vida. Estoy muy herida y necesito oraciones para sanar mi corazón roto”, añadió.

Fatuma fue descubierta por su suegra orando en el nombre de Issa (Jesús). La suegra le advirtió que el Islam exige rezar únicamente a Alá, amenazándola con ser echada de la familia si continuaba con esas oraciones, considerándolas diabólicas.

“El Islam nos exige que solo recemos en nombre de Alá y Mahoma. Por favor, deja de hacer este tipo de oraciones de inmediato. Que esta sea tu primera y última oración de una manera tan mala. Esto es diabólico y si no dejas de hacerlo, te echarán de la familia”, contó.

A pesar de la advertencia de su suegra, ella compartió que su fe en Cristo provenía de Dios y estaba en constante crecimiento. Ella había encontrado un sentido de vida y propósito en su nueva creencia, decidida a continuar orando en secreto.

“Te había dado una advertencia seria, pero has decidido deliberadamente ignorarla; entonces mi hijo tendrá que divorciarse de ti”, dijo Fatuma sobre lo que le dijo su suegra.

El esposo de Fatuma la agredió violentamente con palos, pero su suegra logró rescatarla, lo que la llevó a abandonar la región en busca de seguridad. Ahora, ha encontrado refugio con un líder cristiano anónimo en Somalia, donde su situación es crítica debido a la prohibición de la propagación de religiones distintas al Islam, estipulada por la Constitución del país.

La ley islámica en Somalia castiga la apostasía con severidad, incluyendo la pena de muerte, y grupos extremistas como Al Shabaab representan una amenaza constante para los cristianos.

Somalia es uno de los países más peligrosos para la fe cristiana, ocupando el segundo lugar en la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas, lo que resalta la difícil realidad que enfrentan los creyentes en esa nación.

Tomado de aquí


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