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Por: Ron Rhodes.*

Este artículo forma parte de la serie ¿Qué dice la Biblia acerca de …?

Algunos afirman que la referencia a «nacer de agua» (Juan 3:5) significa que hay que bautizarse para ser salvo. Pero no es esto lo que enseñaba Jesús.

Al consultar el contexto de Juan 3, vemos con claridad lo que quería decir Jesús. Empecemos poniendo atención en «nacer de nuevo» (literalmente «nacer de lo alto»), se refiere simplemente a la acción de Dios mediante la cual Él le da la vida eterna a quien cree en Cristo (Juan 3:3; Tito 3:5). Ser «nacido de nuevo» pone a la persona en la eterna familia de Dios (1 Pedro 1:23) y le da nueva capacidad y deseo de agradar al Padre (2 Corintios 5:17).

Ahora, para entender Juan 3:1-5 es esencial el versículo 6: «Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu». La carne solamente puede reproducirse a sí misma: más carne. Y la carne no puede hacerse pasar por algo de Dios (cf. Romanos 8:8). La ley de la reproducción «según su especie» (Génesis 1), nos indica que de la misma manera, el Espíritu produce espíritu.

En el caso de Nicodemo encontramos a un fariseo que confiaba en su descendencia de Abraham para entrar en el reino del Mesías. Los judíos creían que, porque tenían parentesco físico con Abraham, su posición ante Dios era de especial privilegio. Pero Cristo negó tal posibilidad. Los padres solo pueden transmitir a sus hijos la naturaleza que ellos mismos poseen. Como la naturaleza de cada padre y madre, a causa del pecado de Adán, es de pecado, lo que los padres transmiten a sus hijos es la naturaleza de pecado. Y lo que es pecaminoso no puede entrar en el reino de Dios (versículo 5). La única forma de poder entrar en el reino de Dios es por un renacimiento espiritual y eso es, precisamente, lo que Jesús le señala a Nicodemo.

El problema es que Nicodemo no entendió al principio lo que Je- sús quiso decir. Supuso, equivocado, que Jesús hablaba de algo con relación al nacimiento físico. No podía entender cómo alguien podría nacer físicamente por segunda vez (Juan 3:4). Por eso, Jesús retomó la línea de pensamiento de Nicodemo y buscó llevar el argumento del nacimiento físico al del nacimiento espiritual.

Veamos cómo le explicó Jesús esto a Nicodemo. Primero habla de «nacer de agua y del Espíritu» en Juan 3:5 y luego explica lo que quiere decir con esto en el versículo 6. Parecería que «nacer de agua» en el versículo 5 es paralelo de «nacer de la carne» en el versículo 6, así como «nacer del Espíritu» en el versículo 5 es paralelo de «nacer del Espíritu» en el versículo 6. El mensaje de Jesús entonces es que, así como uno tiene que nacer físicamente para vivir en la tierra, tiene que nacer espiritualmente para entrar en el reino de Dios. Hay que «nacer de lo alto». El versículo, por ello, nada tiene que ver con el bautismo de agua.

Tomado del libro ¿Qué dice la Biblia acerca de …? de Ron Rhodes

*El Dr. Ron Rhodes recibió su Th.M. y Th.D. grados en teología sistemática del Seminario Teológico de Dallas, graduándose con honores. Actualmente, es el presidente de Reasoning from the Bibles Ministries, una organización de apologética ubicada en Texas. 


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