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Por: Gary Chapman.
Este artículo forma parte de la serie «Devocionales para matrimonios«
Amados hermanos, termino mi carta con estas últimas palabras: estén alegres. Crezcan hasta alcanzar la madurez. Anímense unos a otros. Vivan en paz y armonía. Entonces el Dios de amor y paz estará con ustedes. 2 CORINTIOS 13:11
Hoy quiero darle dos pautas más para aprender a hablar de manera alentadora. Primero, no dé estímulo ambiguo. Es decir, no cubra sus comentarios con sarcasmo. Por ejemplo: “Demoraste casi dos días en terminar ese paquete de bizcochos de chocolate. Admiro tu fuerza de voluntad.” Demás está decir que esos comentarios no son de apoyo. Deje de lado la ironía si quiere respaldar a su cónyuge.
Segundo, no se fastidie si la reacción de su cónyuge no corresponde a sus expectativas. Recuerde que cada persona reacciona de diferente manera frente a los elogios. Por supuesto que sería grandioso si su cónyuge respondiera a su apoyo con una sonrisa y un abrazo, pero también podría ser que en lugar de eso lo mire con cara de “¿de qué estás hablando?” Esto es especialmente cierto si usted y su cónyuge son nuevos en la tarea de brindarse apoyo. La buena noticia es que cuantos más elogios dé, mejores respuestas recibirá.
Al final de 2 Corintios, Pablo da a sus oyentes una lista de directivas breves. Justo en el medio se encuentra la de alentarse unos a otros. Es un mandato bíblico; es algo que agrada a Dios y que afianzará su matrimonio. Dé hoy el primer paso.
Padre, te agradezco por el estímulo que recibo de tu Palabra. Por favor ayúdame mientras procuro modificar mis palabras de negativas a positivas. Muéstrame la mejor manera de apoyar a mi cónyuge, para que se sienta alentado y seguro de mi amor.
*Gary Chapman, Está casado con Karolyn J.Chapman y tiene dos hijos adultos. Se licenció en el Moody Bible Institute en artes, y tiene una licenciatura en antropología por la Wheaton College.