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Por: A.W. Pink
Este artículo forma parte de la serie: El castigo eternal.
En cuanto al castigo eterno de los malvados, parece que son pocos los que se dan cuenta de la importancia vital de un testimonio resonante de esta verdad, y menos aún los que comprenden la profunda seriedad de lo que implica negarla.
La importancia de un testimonio claro de esta doctrina puede verse al señalar el lugar prominente que ocupa en la Palabra; y, por el contrario, la seriedad de negarlo se evidencia por el hecho de que tal negación es un rechazo de la verdad de Dios. Es evidente la necesidad de dar a este tema solemne un lugar prominente en nuestro testimonio, porque es nuestro deber ineludible advertir a los pecadores de su terrible peligro y pedirles que huyan de la ira venidera.
Callar es criminal; sustituirlo por cualquier cosa es poner delante de los malvados una falsa esperanza. La gran importancia de exponer esta doctrina, libre y frecuentemente, también se manifiesta en que, salvo la Cruz de Cristo, nada más manifiesta la atrocidad del pecado, mientras que toda modificación del castigo eterno, solo sirve para minimizar su maldad.
*A.W. Pink. Fue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas
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