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Por: Teología Sana
Introducción
El Espíritu Santo es el Consolador y guía que Jesús prometió a sus discípulos (Juan 14:26). Él obra de acuerdo con la voluntad de Dios y jamás contradice las Escrituras. Sin embargo, a lo largo del tiempo, han surgido interpretaciones erróneas sobre Su obra, lo que ha llevado a confusión en muchos creyentes. En este artículo exploraremos cinco cosas que el Espíritu Santo jamás hará, según la Palabra de Dios, para fortalecer nuestra fe y comprensión sobre Su persona.
1. Contradecir la Palabra de Dios
El Espíritu Santo inspiró las Escrituras (2 Pedro 1:21), y por ello, nunca hará nada que contradiga lo que está escrito. Él siempre apunta a la verdad y a la fidelidad de Dios. Si algo parece provenir del Espíritu pero contradice la Biblia, debemos rechazarlo. Jesús dijo: «El Espíritu de verdad… os guiará a toda la verdad» (Juan 16:13).
Por tanto, cualquier enseñanza o acción que niegue las Escrituras no proviene del Espíritu Santo.
2. Exaltar a alguien más que a Cristo
El propósito del Espíritu Santo es glorificar a Jesús y dirigirnos a Él (Juan 16:14). Jamás buscará glorificar a un ser humano, líder religioso o institución por encima de Cristo. Las manifestaciones genuinas del Espíritu siempre colocarán a Jesús como el centro de toda adoración y honra.
3. Dividir el Cuerpo de Cristo
El Espíritu Santo trabaja para edificar y unir a la iglesia como un solo cuerpo en Cristo (1 Corintios 12:12-13). Nunca hará nada que cause divisiones, pleitos o enemistades entre los creyentes. Por el contrario, Su fruto incluye el amor, la paz y la unidad (Gálatas 5:22-23).
Cuando surgen divisiones en la iglesia, es importante discernir si son producto del orgullo humano o de influencias externas contrarias al Espíritu. La Biblia nos exhorta: «Esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (Efesios 4:3).
El Espíritu Santo siempre nos guiará hacia la reconciliación, el perdón y la armonía dentro del Cuerpo de Cristo.
4. Promover desorden o confusión
El Espíritu Santo no es autor de confusión, sino de paz y orden (1 Corintios 14:33, 40). Su obra en la iglesia busca edificar y fortalecer a los creyentes, no causar caos ni divisiones. Cuando una actividad espiritual trae confusión o desorden, debemos examinarla a la luz de la Palabra de Dios.
5. Llevar al pecado o justificarlo
El Espíritu Santo nos santifica, nos guía hacia la justicia y nos convence del pecado para llevarnos al arrepentimiento (Juan 16:8-10). Jamás aprobará, incitará o justificará el pecado. Cualquier voz que excuse o minimice el pecado no proviene de Él. La Biblia dice: «Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne» (Gálatas 5:16).
Palabras finales:
El Espíritu Santo es nuestro guía fiel, siempre alineado con las Escrituras, exaltando a Cristo y llevando a los creyentes hacia la santidad y el orden. Conocer lo que Él jamás hará nos ayuda a discernir Su obra genuina y protegernos de engaños espirituales. Oremos para que el Espíritu Santo nos dé sabiduría y nos guíe en toda verdad, para vivir vidas que glorifiquen a Dios.
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El Espíritu Santo pide por nosotros con gemidos indecibles, cuando hay una necesidad y no sabemos cómo pedir, él viene y clama por nosotros… Es una experiencia muy preciosa!
Quiero saber que se siente cuando sentimos El Espíritu Santo está obrando en nosotros, pienso que las emociones como el llanto no es tener El Espíritu Santo
El Espíritu Santo no se mueve por emociones.
Si lloramos por que hemos ofendido a Dios con nuestro pecado ,ese sí es el Espíritu Santo.