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Por: Teología Sana
Versículo del Día: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” – Efesios 4:29
La comunicación es una herramienta esencial en el matrimonio. A través de ella, compartimos nuestros pensamientos, emociones y deseos con nuestra pareja. Sin embargo, no todas las formas de comunicación edifican la relación. La Biblia nos exhorta a hablar de manera que nuestras palabras sirvan para la edificación, es decir, que construyan, animen y traigan gracia a quienes las escuchan.
En el matrimonio, la comunicación puede volverse un campo de batalla si no somos cuidadosos. Cuando hablamos desde la ira, el orgullo o la frustración, nuestras palabras pueden herir más profundamente que cualquier otra cosa. Sin embargo, cuando nos tomamos el tiempo para pensar antes de hablar, para escuchar de manera atenta y responder con amabilidad, fortalecemos los lazos en nuestra relación.
La clave de una buena comunicación es la escucha. A menudo, estamos tan enfocados en expresar nuestro punto de vista que olvidamos escuchar lo que nuestra pareja está tratando de decirnos. Escuchar activamente no significa simplemente oír las palabras, sino entender el corazón detrás de ellas. Implica dejar de lado nuestras propias preocupaciones y poner toda nuestra atención en lo que el otro está compartiendo. Cuando ambos cónyuges se sienten escuchados y comprendidos, se crea un ambiente de confianza y seguridad.
Además, es importante recordar que las palabras pueden ser poderosas. Proverbios 18:21 nos dice que «la muerte y la vida están en poder de la lengua». Con nuestras palabras podemos construir o destruir. Elegir palabras que traen vida, que edifican y que muestran gracia, es una decisión diaria que debemos hacer en nuestro matrimonio. Incluso en los momentos de desacuerdo, podemos elegir hablar con respeto y amor, sabiendo que nuestras palabras reflejan el amor de Cristo.
Reflexiona hoy sobre la calidad de la comunicación en tu matrimonio. ¿Tus palabras están edificando o destruyendo? ¿Estás escuchando con atención y respeto? Pídele a Dios que te ayude a usar tus palabras para fortalecer tu relación y para mostrar el amor de Cristo en cada conversación.
Oración: Señor, te pedimos que nuestras palabras sean siempre de edificación y gracia en nuestro matrimonio. Ayúdanos a comunicarnos con amor, respeto y comprensión. Danos la paciencia para escuchar y el discernimiento para hablar en el momento adecuado. Amén.
Desafío: Hoy, dedica tiempo a tener una conversación sincera con tu cónyuge. Escucha activamente, sin interrupciones, y expresa tus pensamientos con amabilidad. Practica hablar con palabras que edifiquen y traigan gracia a la relación.
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