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Por: John Owen

Este artículo forma parte de la serie: Victoria sobre el pecado

[«Mortificar». «Ei thanatoûtes [Si hacéis morir], es una expresión metafórica tomada del hacer morir a cualquier cosa viviente. Matar a un hombre o cualquier otro ser viviente es arrebatar el principio de toda su fuerza, vigor y poder, de manera que no pueda actuar, ejercer o realizar alguna acción de manera adecuada por sí mismo. Y así mismo es en este caso.

El pecado remanente es comparado con una persona viva llamada «el viejo hombre», con sus facultades y propiedades, su sabiduría, astucias, sutileza y fuerza. El apóstol dice que debemos matarlo, hacerlo morir, mortificarlo es decir, hacer que el Espíritu se lleve el poder, vida, vigor y fuerza que producen sus efectos.

Ciertamente, es meritoria y ejemplarmente mortificado y muerto a completo en la cruz de Cristo. Y es por eso que se dice que el «viejo hombre» está «crucificado con Cristo» (Ro. 6:6) y que nosotros estamos «muertos» con Él (Ro. 6:8). Y es real e inicialmente mortificado en la regeneración (cf. Ro. 6:3-5), cuando un principio contrario y destructivo para él es plantado en nuestros corazones (cf. Gá. 5:17).

Romanos 6.3-5 ¿O no saben ustedes que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte? Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección.

Pero la obra completa se lleva a cabo gradualmente en toda nuestra vida hasta la perfección. Sobre esto hablaremos más conforme avancemos en este discurso. La intención del apóstol al prescribir el deber mencionado es el siguiente:

La mortificación del pecado remanente que habita en nuestros cuerpos mortales es el deber constante de los creyentes, a fin de que no tenga vida ni poder para dar a luz las obras o hechos de la carne.

Fragmentos extraídos del libro «Victoria sobre el pecado y la tentación» de John Owen, puede ver más detalles HACIENDO CLIC AQUÍ

*John Owen (1616 – 24 de agosto de 1683) fue un líder de una iglesia congregacional inglesa, teólogo y administrador académico de la Universidad de Oxford. Conocido también como el “Príncipe de los puritanos”.


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