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Por: David Wilkerson

Nuestra fe en tiempos difíciles nos otorga la evidencia de “un buen testimonio”.

“Porque por ella [por su fe] alcanzaron buen testimonio los antiguos” (Hebreos 11:2). La palabra griega para “alcanzaron” aquí significa “atestiguar”. Nuestros antepasados en el Señor tenían una fe establecida y anclada, y su fe inquebrantable se convirtió en un testimonio al mundo de la fidelidad de Dios en medio de tiempos difíciles.

Piensa en lo que nuestros antepasados soportaron: inundaciones, burlas, ataduras, prisión, fuego, tortura, guerra y cuevas de leones. A través de todo esto, su confianza en el Señor nunca vaciló. ¿Por qué? Porque tenían un testimonio interior de que Dios estaba complacido con ellos. Nuestros antepasados sabían que Dios les estaba sonriendo, y les decía: “¡Bien hecho! Tú has creído y has confiado en Mí”.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6). Cada vez que mantenemos nuestra posición de fe en tiempos difíciles, recibimos la misma afirmación del Espíritu Santo: “¡Bien hecho! Tú eres el amado testimonio de Dios”.

Mientras descansas en Él a través de las tormentas, manteniendo tu posición de fe, estás obteniendo un “buen testimonio”, y estás sirviendo como un ejemplo de esperanza a los que te rodean. Aquellos que observan tu vida – en tu casa, en el trabajo, en tu vecindario- están dándose cuenta que la esperanza está disponible para ellos. Cuando te observan en tu hora de crisis, se dan cuenta: “Aquí hay alguien que no ha perdido su fe en Dios. No tiene ningún miedo. ¿Qué es lo que le permite confiar en tiempos tan turbulentos?”

Nuestro Dios nos ha provisto de todo lo necesario para sostener nuestra fe, aunque las calamidades aumenten. Se nos ha dado el testimonio del Espíritu Santo, que habita en nosotros, y la Palabra plenamente revelada de Dios en las Escrituras. Estos nos sostendrán, obteniendo para nosotros la evidencia de un buen testimonio, aun cuando el mundo esté conmocionado.


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