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Por: Charles Stanley
Gedeón construyó allí un altar… y lo llamó «El Señor es la paz». JUECES 6.24, DHH
No es apaciguando el mal, haciendo acomodos impíos, o echando mano a la falsa seguridad que el mundo ofrece que alguna vez hallará una paz verdadera y duradera. La hallará solo al obedecer a Dios.
Gedeón entendió esto de primera mano. Jueces 21.25 dice: «En estos días… cada uno hacía lo que bien le parecía». Ese comportamiento no le dio tranquilidad a nadie. Por el contrario, los caminos idólatras de los israelitas invitaban a continuos ataques de los ejércitos que los rodeaban. Así que Dios llamó a Gedeón para que le obedeciera y se levantara contra los invasores.
Siendo de la tribu más pequeña y débil, Gedeón sintió que no estaba preparado para el reto. ¿No sería más fácil simplemente llevarse bien con los madianitas opresores?
¿Cuál fue la respuesta del Señor? «Ciertamente yo estaré contigo» (Jueces 6.16). Sí, la posición recta de Gedeón enervaría al enemigo, pero Dios sería su paz duradera y lo llevaría al triunfo.
Lo mismo es cierto para usted. Obedecer al Señor tal vez no sea fácil o popular, pero usted no podrá tener paz de ninguna otra manera. Así que afírmese en el Señor y confíe en que Él será su lugar de reposo.
Señor, guíame, yo te obedeceré. Te alabaré por ser mi paz. Amén.