RECIBE MATERIALES DE A.W. TOZER DIARIAMENTE para recibir materiales, CLICK AQUÍ.
Por: A. W. Tozer
Este artículo forma parte de la serie «Encuentros con el Dios Todopoderoso»
¡Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. 1 CRÓNICAS 16:34, NTV
Hablar del amor de Dios es como darle la vuelta al mundo, visitar todos los países del mundo y luego pasar cinco minutos contándoselo a tus amigos. ¡No puedes hacerlo! El amor de Dios es tan grande que incluso predicadores como Spurgeon y Crisóstomo no pueden esperar elevarse en la oratoria del púlpito para hacerle justicia.
Juliana de Norwich lo explicó de esta manera:
Debido a que nuestra alma es tan especialmente amada por el Altísimo, es que sobrepasa el conocimiento de todas las criaturas: es decir, no hay ser creado que pueda conocer [a plenitud] cuánto ni cuán dulce y tiernamente, nuestro Hacedor nos ama. Y, por lo tanto, con su gracia y ayuda podemos perseverar, en la contemplación espiritual, con la maravilla eterna de ese gran Amor incomparable, sin medida e inestimable, que el Dios Todopoderoso nos tiene por su bondad.
Luego agrega esta pequeña oración: «Y, por lo tanto, podemos pedirle a nuestro Amante con reverencia todo lo que deseamos». Él nos ama de modo que ninguna criatura: ni serafines, ni querubines, ni arcángeles, ni principados, ni potestades, ni todos ellos juntos en todo el vasto universo de Dios, puede jamás esperar saber cuán abrumadoramente grande es el amor de Dios, ni cuán tierno y dulce es, ni saber cuánto nos ama Él.
Padre, creo que me amas con un amor eterno. Dame la capacidad no solo de sentir tu amor y recibirlo, sino también de extendérselos a todos los que encuentre. Amén.
