Por: Jonathan Edwards
Este artículo forma parte de la serie: «365 días con Jonathan Edwards«
«Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis un a otros» (1 Tesalonicenses 4:9).
Si quieres estar en el camino al mundo del amor, que es el Cielo, asegúrate de vivir una vida de amor: de amor a Dios y de amor a los hombres. Todos nosotros esperamos alcanzar el mundo del amor en la vida venidera; debemos demostrar, pues, un espíritu de amor y vivir una vida santa en esta vida. Esa es la manera de conducirse como los moradores del Cielo que ya están confirmados en amor para siempre. Solo de esta forma podrás asemejarte a ellos en excelencia y hermosura, como también en felicidad, descanso y gozo.
Al vivir en amor en este mundo, también podrás asemejarte a ellos en la dulce y santa paz, y de esa forma disfrutar de un anticipo de los placeres y deleites celestiales en este mundo. Así también podrás paladear la gloria de las cosas celestiales, de Dios y de Cristo, y la santidad; y que el amor santo hacia Dios y el espíritu de paz y amor para con los hombres ensanche tu corazón, para que tengas una conciencia de la excelencia y la dulzura de todas las cosas celestiales. Así será como si las ventanas del Cielo quedaran abiertas y derramasen su luz gloriosa sobre tu alma. Así tendrás pruebas de tu preparación para ese bendito mundo y de estar en el camino a poseerlo.
Y así, preparado por medio de la gracia para la herencia de los santos en la luz, cuando hayan pasado algunos días más, te reunirás con ellos en su bienaventuranza eterna. ¡Bienaventurados, mil veces bienaventurados, quienes sean fieles de esa forma hasta el fin, y sean luego bienvenidos al gozo de su Señor! Allí «ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos» (Ap 7:16-17).
(De «El cielo, un mundo de caridad o de amor», pp. 367-368), Citado en «365 días con Jonathan Edwards«, lecturas seleccionadas y editadas por Dustin W. Benge, puedes adquirirlo en este enlace.
*Jonathan Edwards (1703 – 1758). Predicador norteamericano congregacionalista, usado por el Señor en el Gran Despertar ; nacido en East Windsor, Condado de Connecticut, puedes leer más de su biografía en este enlace.