RECIBE MATERIALES DE A.W. TOZER EN TU MESSENGER, para recibir materiales, CLICK AQUÍ.
Por: A. W. Tozer
Este artículo forma parte de la serie «Mi búsqueda diaria«
¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.
HABACUC 1:12
Es la presencia del Santísimo lo que las Escrituras describen como fuego con lo que al final nos encontraremos.
Hay quienes tienen la idea errónea de que su destino está en sus manos. Que decidirán cuándo van a servir a Cristo. Que ellos tomarán la decisión. Que van a manipular a Dios. Que aceptarán o no a Jesús. Ellos pueden apoyar la cabeza en la almohada esta noche, y pensar que solo un latido de su corazón les separe del hoy y la eternidad, de modo que se dirán: Yo soy el que decide. Tengo libre voluntad. Dios no me obligará a hacer lo que no quiera.
Hemos arrastrado a Dios al barro, al nivel en que lo convertimos en nuestro administrador. Jesús se ocupará de todos nuestros problemas.
Tengo algo que decirte.
Sí, Dios te ayudará, pero ¡esa idea está muy lejos de lo que nos dice la Biblia! Dios habitaba en medio, y ¿qué fue lo que reunió a la gente en el libro de los Hechos? Cuando ministraban, ayunaban, y oraban en la maravillosa presencia, oyeron la voz del Espíritu Santo que decía: Apartadme a Bernabé y a Saulo.
Hoy nos ocupan nuestros planes, nuestra lógica, nuestros pensamientos, y olvidamos el hecho de que el grande y santo Dios está entre nosotros.
¿Qué harás con Jesús?
No puedes ser neutral;
Algún día tu corazón preguntará:
«¿Qué hará Él conmigo?»
A. B. SIMPSON (1843-1919)
Oh Padre celestial, perdóname por tratar de servirte con mis propias fuerzas. He agotado mi humanidad en esfuerzos improductivos. Deja que repose en ti y confíe mi vida a la sabiduría que creó todas las cosas. En el bendito nombre de Jesús, te lo pido, amén.