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Por: A. W. Pink

«Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados». Qué ternura y paciencia expresan estas palabras. Que cuando nos hemos equivocado, sí, cuando hemos pecados gravemente, un camino se abre para nosotros, de modo que podemos escapar del castigo. Qué sabiduría y justicia también es evidenciada aquí. «Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos» podríamos escapar de las consecuencias disciplinarias de nuestros pecados. Y, ¿por qué? Porque la vara de castigo ya no sería necesaria para nosotros. ¿Por qué no? Porque en tal caso el objetivo ha sido hecho en nosotros sin el uso de ella. ¿Cuál es el diseño de Dios en cuanto al castigo? Es para llevar al rebelde a despertar, para hacerlo entender que ha pecado y ha desagradado al Señor, para hacer que vea lo que es bueno y lo que es incorrecto por medio del arrepentimiento, la confesión, y la transformación. Cuando esos frutos son llevados, entonces hemos prestado «atención al castigo» ( Miqueas 6:9) y ha cumplido su trabajo en nosotros.

Entonces, si nos «examinásemos a nosotros mismos» delante de Dios de manera sincera, constante y en arrepentimiento por nuestros pecados, entonces la vara ya no sería requerida. Habiéndose juzgado a sí mismo, regresado al camino de santidad, buscado y obtenido la limpieza de toda impureza, él es llevado hasta el punto donde el castigo lo hubiese llevado; más en este caso no se necesitó de castigo alguno. «Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos»: esas palabras parecen implicar que hay cierta lentitud en los santos para hacerlo, lo cual nos es confirmado en el siguiente verso.

Por desgracia, muchos de los que han dejado su primer amor están en situación espiritual reincidente y enfermiza, la cual los incapacita para examinarse a sí mismos. Sus conciencias se han vuelto tan sordas al punto de excusarse con cosas insignificantes, de caminar descuidadamente, y de ofender a su Juez prácticamente conscientes de ello. «Devoraron extraños su fuerza, y él no lo supo; y aun canas le han cubierto, y él no lo supo» (Oseas 7:9). Entonces, ya que ellos no hicieron nada por sus pecados, el castigo debe despertarlos; porque su santo Señor no tolerará los pecados sin confesar. Pero hay otros que no han llegado a tal grado, estando conscientes de sus faltas, y aun sin embargo no se examinan a ellos mismos. ¿Por qué?

*A.W. PinkFue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas


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