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Por: Jonathan Edwards

Este artículo forma parte de la serie: «365 días con Jonathan Edwards«

«Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas» (Deuteronomio 6:5).

De nada sirve la religión sin un respeto adecuado a Dios. El mismísimo concepto de religión entre los seres humanos es el ejercicio y la expresión del respeto de la criatura hacia el Creador. Sin embargo, si no hay un respeto o un amor verdaderos, todo lo que llamamos religión no es más que una pantomima, y no existe una religión real en ello, sino que será una vana farsa. Así, si la fe de una persona es tal que no entraña un verdadero respeto hacia Dios, salta a la vista que será en vano; porque, si no hay amor a Dios en ella, no puede haber un respeto genuino hacia él.

Esto nos muestra que una fe viva y verdadera siempre entraña amor; que el amor es su vida y alma verdadera y legítima, que sin él la fe está tan muerta como el cuerpo sin alma; y que eso es lo que distingue especialmente a una fe viva de cualquier otra, pero ahondaremos en eso algo más adelante. Por otro lado, sin amor a Dios no se le puede honrar tampoco. Quien no ama a una persona jamás la honra de manera ferviente; así, todo el honor o la adoración que se brindan sin amor, no son más que actos de hipocresía. Igualmente, la razón nos hace ver que no existe sinceridad en la obediencia que se ofrece sin amor; porque, de no haber amor, nada se hace de forma espontánea y libre, sino que habrá de ser forzado. Del mismo modo, sin amor no puede haber una sumisión ferviente a la voluntad de Dios, y no puede haber una confianza afectuosa en él. Quien no ama a Dios, no confiará en él: jamás se pondrá en manos de Dios, o en los brazos de su misericordia, con una entrega genuina de toda su alma.

(De la caridad, o el amor, suma de todas las virtudes», pág. 10). Citado en «365 días con Jonathan Edwards«, lecturas seleccionadas y editadas por Dustin W. Benge, puedes adquirirlo en este enlace. 

*Jonathan Edwards (1703 – 1758). Predicador norteamericano congregacionalista, usado por el Señor en el Gran Despertar ; nacido en East Windsor, Condado de Connecticut, puedes leer más de su biografía en este enlace.


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