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Introducción
El chisme es uno de los pecados más comunes y a menudo subestimados en la iglesia. Lo vemos como algo inofensivo o incluso como parte de la conversación diaria. Sin embargo, la Biblia es clara en cuanto al daño que causa. Proverbios 18:8 dice: «Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas». Este pecado, aunque disfrazado de interés por los demás o bajo la apariencia de preocupación, tiene el poder de destruir la unidad y el amor dentro del cuerpo de Cristo. En este artículo, analizaremos 10 formas en las que el chisme puede dañar a la iglesia y cómo podemos enfrentarlo con la sabiduría de la Palabra de Dios.
1. Distorsionar la verdad
El chisme suele nacer de información incompleta o distorsionada, lo que lleva a la propagación de falsedades. Una pequeña exageración puede cambiar por completo la percepción de una situación o persona, afectando la reputación de los involucrados. La Biblia advierte en Proverbios 19:5: «El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras no escapará».
2. Causar divisiones entre hermanos
El chisme siembra discordia y desconfianza entre los miembros de la iglesia. Las palabras mal intencionadas pueden dividir a amigos y familias en la congregación. Proverbios 16:28 dice: «El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos». La unidad en Cristo es esencial, y el chisme la destruye.
3. Destruir la reputación de los líderes
Los líderes de la iglesia son blancos frecuentes del chisme. Cuando se esparcen rumores sobre su vida personal o decisiones ministeriales, se debilita su autoridad y credibilidad, lo cual afecta su capacidad para guiar al rebaño. Hebreos 13:17 nos instruye a obedecer y respetar a nuestros líderes, ya que velan por nuestras almas.
4. Fomenta la desconfianza en Dios
Cuando participamos en chismes, estamos actuando fuera de la confianza en Dios para resolver los problemas de las personas o situaciones en la iglesia. En lugar de llevar nuestras preocupaciones en oración, recurrimos al chisme, lo que refleja falta de fe en la justicia y el tiempo de Dios. Proverbios 3:5-6 nos exhorta a confiar en el Señor con todo nuestro corazón.
5. Genera desánimo en los nuevos creyentes
Los recién convertidos suelen observar cómo interactúan los miembros de la iglesia. Cuando escuchan chismes, se sienten desanimados y confusos, dudando de si realmente están en un ambiente cristiano. Jesús dijo en Juan 13:35: «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros». El chisme, al contrario, muestra falta de amor y cuidado.
6. Destruye la confianza entre los hermanos
El chisme rompe la confianza. Las personas dudan en compartir sus luchas o pedir oración por miedo a que su situación personal sea divulgada a otros. Santiago 1:19 nos insta a ser «prontos para oír, tardos para hablar, tardos para airarnos». El chisme traiciona la confianza y dificulta la comunión sincera.
7. Promueve una cultura de juicio y crítica
El chisme crea un ambiente donde la crítica y el juicio son comunes. Los miembros de la iglesia comienzan a sentirse observados y evaluados constantemente, lo que lleva a una cultura tóxica. Romanos 14:10 nos pregunta: «¿Por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo».
8. Quita el enfoque de lo verdaderamente importante
El chisme desvía nuestra atención de la misión principal de la iglesia: predicar el evangelio y discipular a los creyentes. En lugar de enfocarnos en la obra de Dios, nuestras conversaciones y pensamientos se centran en temas triviales y dañinos. Colosenses 3:2 nos insta a «poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra».
9. Causa heridas emocionales y espirituales
Las palabras tienen poder, y el chisme puede causar heridas profundas en las personas afectadas. El Salmo 34:13 nos exhorta a «guardar tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño». El daño emocional y espiritual causado por el chisme puede tardar mucho en sanar, afectando la vida de los creyentes.
10. Afecta el testimonio de la iglesia en la comunidad
Cuando una iglesia es conocida por ser un lugar donde el chisme abunda, su testimonio ante la comunidad se ve comprometido. Las personas de fuera ven la iglesia como un lugar hipócrita y poco diferente del mundo. 1 Pedro 2:12 nos llama a «mantener buena vuestra manera de vivir entre los gentiles», para que al observar nuestras buenas obras, glorifiquen a Dios.
Conclusión: El chisme es un pecado que afecta profundamente la vida de la iglesia. Daña las relaciones, destruye la confianza y desvía el enfoque de lo que realmente importa: el amor a Dios y al prójimo. Debemos ser conscientes de nuestras palabras y buscar siempre edificar a los demás, evitando caer en el chisme. Como Efesios 4:29 nos recuerda: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes». Que nuestras palabras sean siempre de bendición y no de destrucción en la iglesia.
Excelente artículo… Una pregunta, fueron los de Cloe chismosos a llevar a Pablo lo que estaba ocurriendo en Corinto??
Definitivamente no fue ni chisme . Se preocuparon por la situación de la iglesia y tomaron la sabía decisión de informarle al apóstol Pablo