Por: Andrew Murray
Este artículo forma parte de la serie: «120 meditaciones de Andrew Murray«
«Somos embajadores en nombre de Cristo.» 2ª de Corintios 5:20
Es de gran ayuda el que un embajador conozca claramente cuál es su misión, que no tiene ninguna otra cosa para hacer que cumplirla y entregarse a ella totalmente. Y para el cristiano no es menos importante que sepa que tiene una misión, que conozca la naturaleza de ella y cómo realizarla.
Cada cristiano debe reflejar la imagen de Jesús -demostrar el mismo amor por los pecadores y el deseo por su salvación que animó a Cristo-para que el mundo sepa cómo es Cristo. Quien quiera que usted sea y donde quiera que viva, el Señor lo ha escogido para ser su representante en el círculo en el cual se mueve. Él se fijó en usted y lo salvó a fin de mostrar a quienes viven a su alrededor la imagen misma de su gloria invisible.
Así como el Padre dio su Santo Espíritu al Hijo para cumplir su misión, así Jesús dará también a su pueblo el poder y la sabiduría que necesitan para cumplir con la suya, y cada creyente depende de ello. Todo cristiano, que con resolución y de todo corazón asume su llamado celestial, recibe la gracia para reflejar a Jesús siempre y para exhibir la luz amorosa de su ejemplo y semejanza.
Reflexión: ¿Cuál es su misión como representante de Dios? Si no tiene suficientemente claro el propósito del Señor para su vida, ¿cómo podría estar más seguro de él?
*Andrew Murray fue un escritor, maestro y pastor cristiano sudafricano. Murray consideraba que las misiones eran «el fin principal de la iglesia».