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Por: Thomas Brooks

Si alguna vez el amor de una esposa se vierte más hacia un siervo que para su esposo, el esposo eliminará a ese siervo; aunque haya sido un siervo que valiera oro. Si Dios entonces te ha despojado de esa mismísima misericordia con la que a menudo has cometido adulterio e idolatría espiritual, ¿tienes algún motivo para murmurar? ¡Hay quienes aman sus misericordias en sus tumbas, que abrazan sus misericordias hasta la muerte, que las besan hasta que las matan! ¡Muchos hombres han matado sus misericordias, al ponerles un valor demasiado grande! ¡Muchos hombres han hundido su nave de misericordia, sobrecargándola! Las misericordias amadas excesivamente rara vez tienen larga vida. ¡La manera de perder sus misericordias es encariñarse demasiado con ellas! La forma de destruirlas es fijar sus mentes y corazones sobre ellas.

Ustedes pueden escribir amargura y muerte sobre esa misericordia que les ha arrebatado su corazón de Dios. ¡Cristiano! ¡Tu corazón es el trono real de Cristo, y en ese trono, Cristo será el principal! ¡No tolerará a ningún competidor! Si intentas entronizar a la criatura —sin importar cuán cercana o querida sea para ti— Cristo la destronará. ¡Él la destruirá! Las colocará rápidamente en un lecho de polvo —¡quién aspirará a su trono real! «Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el deleite de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada» (Ezequiel 24:21).

*Thomas Brooks (1608-1680): Predicador congregacional; autor de Preciosos remedios contra las artimañas de Satanás (Precious Remedies against Satan’s Devices). Lee más datos biográficos EN ESTE ENLACE.


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