Por: Juan Calvino.
Este artículo forma parte de la serie: 365 días con Juan Calvino.
Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el camino, Salmo 25:8
LECTURA ADICIONAL RECOMENDADA: Salmo 71
En una breve pausa en su oración, David se detiene a meditar en la bondad de Dios de tal manera que pueda retornar a ella con redoblado fervor.
De la misma forma, los fieles creen que sus corazones pronto languidecerán en su oración a menos que encuentren nuevos estímulos. Es difícil perseverar firme e infatigablemente en oración. Ciertamente, tal como es necesario añadir combustible al fuego con frecuencia para mantenerlo vivo, así también la oración precisa de apoyos para que no se enfríe y termine por apagarse al final.
Deseoso de infundirse ánimos a sí mismo para perseverar en su oración, David afirma que Dios es bueno y recto. Tras obtener fuerzas renovadas a partir de la meditación en esta verdad, retornará a la oración con mayores bríos. Sin embargo, observemos también esta consecuencia: que, al ser bueno y recto, Dios tiende su mano a los pecadores para traerlos de vuelta al camino.
Atribuir a Dios una rectitud que solo ejerce con los que son dignos de ella y la merecen constituye una idea pobre de su carácter y en poco beneficia a los pecadores. Sin embargo, el mundo suele creer que Dios se limita a ser bueno con los creyentes. ¿Cómo es posible que apenas un uno por ciento recurra a la misericordia de Dios si no es porque tantos la limitan a quienes son dignos de ella?
Por el contrario, David dice que Dios da pruebas de su rectitud al mostrar el camino a los transgresores, lo cual equivale a decir que los llama al arrepentimiento y les enseña cómo vivir con rectitud. Ciertamente, si la bondad de Dios no se extendiera hasta el Infierno mismo, nadie podría ser partícipe de ella.
MEDITACIÓN: ¿No es maravilloso que Dios enseñe el camino a los pecadores? Si no fuera por esto, ¿cuántos de nosotros seríamos salvos y estaríamos siguiendo el camino de la santidad? Ni uno. David utiliza ese tipo de verdades para ayudarle a orar. Intenta reflexionar acerca de la misericordia de Dios antes de orar.
Tomado de «365 días con Juan Calvino«, lecturas seleccionadas y editadas por Joel Beeke, puedes adquirirlo en este enlace.
*Juan Calvino (1509-1564) fue un reformador francés, pastor y teólogo, considerado entre los más grandes reformadores protestantes, lea más de su biografía en este enlace.