Por: John MacArthur
El precio de negarse a perdonar es alto. La falta de perdón produce odio, amargura, animosidad, ira y venganza. No solo tapona las arterias, sino los juzgados con miles de demandas vengativas. Negarse a perdonar, aprisiona a las personas en su pasado. Personas implacables mantienen vivo su dolor porque constantemente escogen abrir la herida impidiendo que se sane. La amargura se arraiga en el corazón y lo contamina (He. 12:15). La rabia se descontrola y las emociones negativas se desenfrenan. La vida se llena de confusión y conflicto, en lugar de alegría y paz.
Por otra parte, el perdón libera a las personas del pasado. Es liberador, estimulante y saludable. El perdón alivia la tensión, produce paz y alegría, y restaura las relaciones. Además de sus beneficios personales y sociales, hay al menos diez razones bíblicas para perdonar a los demás.
Primero, los creyentes nunca se asemejan más a Dios que cuando perdonan. Dios es un Dios que perdona (Neh. 9:17), «un Dios perdonador» (Sal. 99:8), suyo es tener misericordia y perdonar (Dn. 9:9). El profeta Miqueas preguntó retóricamente: «¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad?» (Mi. 7:18). La parábola del hijo pródigo ilustra acertadamente el perdón divino (Lc. 15:11-32). Como el padre de la parábola, que vio de lejos a su hijo extraviado y corrió a su encuentro, Dios perdona con ansiedad a los pecadores arrepentidos. El perdón de Dios significa que Él no usará los pecados de los creyentes contra ellos, requiriendo castigo (cp. Is. 43:25; 44:22; Jer. 31:34); los echó tras su espalda (Is. 38:17) y en lo profundo del mar (Mi. 7:19). Nunca se parecen más los creyentes a Dios que cuando perdonan ansiosa y apasionadamente. En Mateo 5:44-45, Jesús dijo: «Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos».