Por: Thomas Brooks
Sin la gracia del Espíritu, sus resoluciones o determinaciones más fuertes no podrán dominar siquiera un deseo pecaminoso. La llaga del alma continuará expandiéndose, aunque determinemos y digamos que no. Era la sangre del sacrificio y el aceite, lo que limpiaba al leproso en la ley. Y por ellos se entiende la sangre de Cristo y la gracia de Su Espíritu (cf. Lv. 14:14-16). Fue un toque de la prenda de Cristo lo que curó a la mujer de su problema de sangrado.
Sus resoluciones o determinaciones más fuertes pueden ocultar un pecado, pero no pueden apagarlo. Pueden cubrir un pecado, pero no pueden eliminarlo. Una venda puede cubrir una herida, pero no curarla. ¡Ni los purgatorios, vigilias, flagelaciones ni los besos a la estatua de San Francisco de los papistas o lamer las llagas de los leprosos, pueden limpiar la lepra del pecado! ¡Solo en la fuerza de Cristo y en el poder del Espíritu se puede mortificar profundamente todo deseo pecaminoso! ¡Oh, no abracen ni se satisfagan con nada, sino emprendan decididamente la ruina de toda concupiscencia!
¡Una fuga en un barco lo hundirá! ¡Una puñalada mató completamente a Goliat, así como veintitrés a César! ¡Una Dalila pudo hacer tanto daño a Sansón como todos los filisteos! ¡Una rueda rota estropea todo el reloj! ¡Un sangrado de vena hará fallar las partes vitales! ¡Una mosca echará a perder toda una caja de ungüento! ¡Una hierba amarga arruinará todo el potaje! ¡Por comer una manzana, Adán perdió el paraíso! ¡Una lamida de miel puso en peligro la vida de Jonatán! ¡Un Acán fue un problema para todo Israel! ¡Un Jonás levantó una tormenta y se convirtió en una carga demasiado pesada para toda la nave! Así mismo, un deseo no mortificado provocará tormentas y tempestades muy fuertes en el alma. Por lo tanto, mientras tengan una bendita calma y tranquilidad en su propio espíritu bajo sus pruebas más agudas, podrán emprender completamente la mortificación del pecado.
Gedeón tuvo setenta hijos, pero solo un hijo bastardo. ¡Y ese hijo bastardo destruyó a sus setenta hijos! Ah cristiano ¿no sabes el mundo de daño que puede hacer un deseo no mortificado? Entonces no dejes que nada te satisfaga, sino la sangre de todos tus deseos pecaminosos.
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Quiero saber si los mensajes se pued n escuchar gracias
Ka predicación completa está en el vídeo:»El Cristiano hipócrita» de Thomas Brooks. Dice que permitir un solo pecado y vivir en él, es como vivir en muchos pecados.
Dios ve todo, aún los pequeños detalles no escapan de los ojos de Dios. Pecado es pecado y no debe ser disfrazado de buenas intenciones. A confesar entonces lo que vimos como inocente y puro, no fueron actos tan santos despues de todo. Engañoso es el corazón.
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Dios te bendiga