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Por: Paul D. Tripp.

Este artículo forma parte de la serie: «Nuevas Misericordias cada mañana» de Paul D. Tripp

La adoración congregacional está diseñada para aclarar tu confusión sobre lo que realmente importa en la vida.

Esto es lo que todos necesitamos entender: de este lado de la eternidad es muy difícil considerar importante en nuestros corazones aquello que Dios considera importante. Todos nosotros tenemos cosas que se elevan a un nivel de importancia del que realmente tienen, y estas cosas gobiernan los pensamientos, motivaciones, deseos y decisiones de nuestro corazón. Como somos humanos hechos a la imagen de Dios, no vivimos por instinto. No, somos seres orientados por los valores, metas, propósitos y las cosas que consideramos importantes.

Siempre estamos viviendo en pos de algo. Siempre vivimos en pos de una visión, un deseo o un sueño. Cada día catalogamos cosas como importantes y, cuando lo hacemos, hacemos todo lo posible por alcanzar dichas cosas. En cierto sentido, todo lo que hacemos y decimos es un esfuerzo por alcanzar lo que es importante para nosotros en las situaciones y relaciones que rodean nuestra vida.

Lo que estoy describiendo es una enorme batalla espiritual que se lleva a cabo en tu corazón. Verás, aquella cosa importante que gobierna tu corazón también moldea tus palabras y tu conducta. La verdad de los hechos es que todos perdemos de vista lo que realmente es importante. Ganar un argumento se convierte en algo muy importante para nosotros. Una casa bonita se eleva por encima de su verdadero valor. Conseguir un ascenso en el trabajo se vuelve muy importante. Tener una vida cómoda y predecible se sobre evalúa en nuestro corazón. Ser apreciado por otras personas se vuelve más importante que buscar la aprobación de Dios. La belleza física y el placer tienen un lugar predominante en nuestro corazón. Un carro del año, un gran asado, ropa fina o un plato de cereal. Todo esto toma una importancia muy por encima de su verdadero valor. Todos necesitamos recordarnos, una y otra vez, de aquellas cosas que Dios ha declarado importantes en la vida.

Entonces, por Su gracia, Dios nos ha diseñado para reunirnos regularmente para recordar las cosas que son dignas de buscar. La adoración congregacional nos recuerda Su poder, Su gloria y Su gracia. Nos recuerda de la profundidad de nuestras necesidades espirituales. Nos recuerda de la eternidad venidera. Nos recuerda de la salvación pasada, presente y futura. Y, al recordarnos estas cosas, Dios aclara nuestra confusión de valores una vez más, rescatándonos de nuestros corazones errantes y caprichosos, y apuntándonos hacia Aquel que demanda justamente nuestra alianza y que nos da todas aquellas cosas importantes que necesitaremos en la vida.

Para profundizar y ser alentado: Hebreos 10:19-25


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