Por: Charles Stanley
Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado… Y se manifestará la gloria de Jehová. ISAÍAS 40.4–5
Cuando usted enfrenta una montaña en su vida, tiene dos opciones: dejarse abrumar o sentirse lleno de energía, porque sabe que su Salvador se le revelará de una manera profunda.
Por supuesto, su primer pensamiento tal vez sea: Si en realidad estuviera caminando en la voluntad de Dios, no enfrentaría obstáculos, en especial tan enormes como este. Sin embargo, eso no es así. Usted tiene un enemigo que se le opondrá cada vez que vea que el Señor está haciendo algo grande por medio de su vida. Puede hallarse en el centro del plan de Dios, haciendo exactamente lo que Él dice, y encontrar una montaña de oposición.
Sin embargo, no se enfoque en la montaña. Mire al Dios Todopoderoso que le ama y provee para usted. Él puede manejar con facilidad los problemas que tiene delante (Mateo 21.21). Y si usted responde correctamente, con fe, su relación personal con Dios se fortalecerá y el Señor será glorificado.
¡Así que no se dé por vencido! Mire a Dios y confíe en Él. Se asombrará al ver cómo Él aplana las montañas que tiene delante de usted.
Señor, gracias por hacerte cargo de la montaña que tengo delante, pues no es nada para ti. ¡Te alabo, mi Salvador! Amén.