No olvides compartir ...

Por: Thomas Watson

Éxodo 20:2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

¿Qué es lo que implica el hecho de que Dios sea nuestro Dios? Es algo que abarca todo lo bueno.

Él es nuestra torre fuerte, nuestra fuente de aguas vivas y nuestra salvación. Implica también la relación más dulce. Él es un Padre que tiernamente tiene cuidado de nosotros y que nunca muere. Dios dice «Eres mío», y el alma responde: «Señor, soy tuyo, todo lo que tengo es tuyo». Piensa en la miseria de aquellos que no tienen a Dios por Padre. ¡Qué condición más triste cuando llega el momento de la angustia! Un pecador sin Dios puede sobrellevar la situación mientras tiene salud y provisión, pero cuando esos apoyos se quiebran, su corazón se hunde. Cuando se produjo el diluvio y las aguas llegaron a los valles, la gente se fue a los montes. Cuando el agua llegó a los montes, treparon a los árboles. Pero las aguas se levantaron por encima de los árboles y se perdió toda esperanza. Así sucede con los que no tienen a Dios por Padre.

¡Qué privilegio es tener a Dios por nuestro Dios! ¡Qué feliz condición! Nadie puede hacerte daño. Si pierdes tu buen nombre, ese nombre estará escrito en el libro de la vida. Si pierdes tu libertad, tu conciencia será libre. Si pierdes tus posesiones, sigues poseyendo la perla de gran precio. Si te encuentras con una tormenta, tienes un puerto al que llegar. Dios es tu Dios, y el cielo es tu cielo. Si Dios es nuestro Dios, nuestra alma está segura. Está escondida en las promesas, en las heridas de Cristo y en los decretos de Dios. Si Dios es nuestro Dios, entonces todo lo que hay en Dios es nuestro. ¡Qué feliz es el que no solamente hereda los dones de Dios sino a Dios mismo! En su sabiduría, Él es nuestro para enseñarnos, su poder nos sostendrá y su misericordia nos salvará. Nos dará paz en las tribulaciones, y, cuando haya una tormenta fuera, Él tocará música en nuestro interior. El mundo da problemas en medio de la paz, pero Dios da paz en medio de los problemas. Él nos ama, y nosotros somos los amados de su alma.

*Thomas Watson. Predicador Puritano inglés, del que se ignora su genealogía y la fecha de su nacimiento. Estudió con ahínco en el Emmanuel College de la Universidad de Cambridge, llamada la “Escuela de los Santos”, porque allí recibió su educación universitaria un número elevado de los llamados Puritanos, o teólogos evangélicos reformados del siglo XVII


Siga leyendo …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *