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Por: Thomas Brooks
Pocos cristianos se ven y se comprenden correctamente. Por medio de las pruebas, Dios le revela al piadoso mucho de su pecaminosidad. Cuando el fuego se pone debajo del crisol, entonces aparece la escoria. Por lo tanto, cuando Dios prueba a la pobre alma, ¡oh, cómo se manifiesta en el corazón de las pobres criaturas la escoria del orgullo, la escoria de la murmuración, la escoria de la desconfianza, la escoria de la impaciencia, la escoria de la mundanalidad, la escoria de la carnalidad, la escoria de la necedad y la escoria de la terquedad! Las pruebas son el espejo de Dios en el que Su pueblo ve sus propias faltas. ¡Oh, esa ligereza, esa vileza, esa miseria, esa cloaca de inmundicia, ese abismo de maldad que las pruebas revelan en sus corazones! […]
«Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad» (He. 12:10). Lo que nuestro Padre ordena, es lo mejor. Cuando Él ordena enfermedad, la enfermedad es mejor que la salud. Cuando Él ordena debilidad, la debilidad es mejor que la fortaleza. Cuando Él ordena pobreza, la pobreza es mejor que la riqueza. Cuando Él ordena que nos reprochen, el reproche es mejor que el honor. Cuando Él ordena muerte, la muerte es mejor que la vida. Puesto que Dios es la sabiduría misma, Él sabe lo que es mejor. Y puesto que Él es la bondad misma, no puede hacer sino lo que es mejor. Por lo tanto, permanezcan en silencio ante el Señor.
Hola, muy buenos y bendecidos días. Muchas gracias. Tremenda reflexión, Dios se revela en mi corazón. Gracias Dios. Sigan adelante. Dios los bendice y usa para Su Gloria.