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Por: Jonathan Edwards

Este artículo forma parte de la serie: «365 días con Jonathan Edwards«

«No juzguéis, para que no seáis juzgados» (Mateo 7:1).

La premura en el juicio y la censura de los demás es prueba de una disposición orgullosa, como si el censor se considerase libre de tales defectos e imperfecciones y, por tanto, pensase que sus continuas y agrias acusaciones contra los demás, su censura y sus condenas contra ellos, estuviesen justificadas.

Esto va implícito en el lenguaje del Salvador: «No juzguéis, para que no seáis juzgados […]. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?» (Mt 7:1,3-4).

Y lo mismo puede inferirse de la declaración del apóstol: «Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo» (Ro 2:1). Si las personas tuviesen una conciencia humilde de sus propias taras, no serían tan raudos en juzgar a los demás ni se complacerían en ello, puesto que la censura aplicada a los demás les correspondería a ellos. Existen las mismas corrupciones en el corazón de una persona que en otra; y, si esas personas que tanto se afanan en censurar a otros examinasen con detenimiento sus propios corazones y sus vidas, podrían encontrar por regla general las mismas disposiciones y conductas en sí mismas, en algún momento u otro, que las que ven y juzgan en los demás, o al menos cosas merecedoras de idéntica censura.

Una disposición a juzgar y condenar muestra una disposición soberbia y arrogante. La persona aparenta ponerse por encima de los demás, como si le correspondiese ser el señor y juez de compañeros en la servidumbre, e imaginase que la posición de ellos depende de la sentencia que dicta.

(De «El espíritu de caridad, lo contrario de un espíritu censurador», pp. 215-216).

*Jonathan Edwards (1703 – 1758). Predicador norteamericano congregacionalista, usado por el Señor en el Gran Despertar ; nacido en East Windsor, Condado de Connecticut, puedes leer más de su biografía en este enlace.


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