[Pecadores], ustedes que viven las vidas más impías y malvadas pueden todavía, creyendo en el Señor Jesús, ser habilitados para cambiar esas vidas, de manera que vivan para Dios en lugar de servir al pecado y a Satanás. – Charles Spurgeon
Si sabes estas dos cosas: que tú eres un pecador y que Cristo es un Salvador, eres lo suficientemente erudito como para ir al cielo. – Charles Spurgeon
Tengan mucho cuidado de no rechazar a quien habla. ¡Oh, amado lector, que no se diga de ti que pasaste por esta vida y que Dios te habló en Su Libro y que rehusaste oír! Importa muy poco si me escuchas a mí o no; pero verdaderamente importa en sumo grado si escuchas a Dios o no. Él es quien te hizo; en Sus manos está tu aliento; y si Él habla, te lo imploro, abre tu oído y no seas rebelde. – Charles Spurgeon
Al confesar el pecado, seguid confesándolo hasta que os parezca que vuestras lágrimas han lavado los pies del Salvador. Al buscar el perdón, continuad buscando hasta que el Espíritu Santo de testimonio de vuestra paz con Dios. – Charles Spurgeon
¡Queridos hermanos, que cada uno de nosotros esté tan lejos como sea posible de todo lo que se parezca al egoísmo, el cual es odioso en grado sumo! – Charles Spurgeon
Tener una buena reputación y un corazón falso es estar al borde del infierno. – Charles Spurgeon
Pecadores, permítanme dirigirme a ustedes con palabras de vida: Jesús no necesita nada de ustedes, absolutamente nada, no quiere que hagan nada, no quiere que sientan nada; él da tanto el trabajo como el sentimiento. Harapientos, menesterosos, tal como están, perdidos, abandonados, desolados, sin ningún buen sentimiento y sin ninguna esperanza, en esa condición viene Jesús a ustedes, y con estas palabras compasivas se dirige a ustedes: “Al que a mí viene, no le echo fuera”. Si tú crees en Él, jamás serás condenado. – Charles Spurgeon
Dios no se ha burlado de nosotros ofreciéndonos una salvación que no podamos entender. Cree y vive es una orden que hasta un niño puede comprender y obedecer. – Charles Spurgeon
La riqueza y la gloria de los impíos son un vano espectáculo. Esa apariencia pomposa destella durante una hora y luego se extingue. – Charles Spurgeon
Cristianos, recuerden que los pequeños pecados deterioran su comunión con Cristo. Los pecaditos, como las manchitas en la seda, pueden dañar la fina textura de la comunión. – Charles Spurgeon
Oh, cuán insensatos son los hombres cuando piensan que pueden hacer algo en secreto. Este mundo es semejante a esas colmenas de cristal, dentro de las cuales trabajan las abejas: las podemos observar, y vemos todas las operaciones de esas criaturitas. Así, Dios mira desde arriba y lo ve todo. Nuestros ojos son débiles. No podemos ver en la oscuridad. Pero Su ojo, como un orbe de fuego, traspasa las tinieblas. Él lee los pensamientos del hombre y ve sus actos, cuando cree que está muy escondido. – Charles Spurgeon
No busques la vida divina en el sepulcro del yo. La vida de los hombres está en El Salvador Y todo el que cree en Cristo no perecerá jamás. – Charles Spurgeon
¡Oh Creyente no seas orgulloso! Cuanto más tienes más debes a Dios, tú no debieras estar orgulloso de lo que te hace deudor. Considera tu origen. Mira atrás a lo que eras. Considera lo que serías si no fuese por la gracia divina. Mírate tal cual eres ahora. ¿No te reprocha tu conciencia? ¿No están delante de ti tus mil extravíos diciéndote que no eres digno de ser llamado su hijo? Y si el Señor te ha cambiado en algo, ¿no te das cuenta de que es la gracia de Dios lo que te ha hecho cambiar? Creyente, tú habrías sido un gran pecador, si Dios no te hubiese cambiado… Por lo tanto, no seas orgulloso. – Charles Spurgeon
Si un hombre pudiera ver lo que realmente es el pecado, huiría de él como de una serpiente mortal, y se gozaría siendo librado de él por Cristo Jesús. – Charles Spurgeon
Si no corto diariamente la hierba del orgullo, a la semana la tengo en el cuello. – Charles Spurgeon
Mejor ser un soldado raso toda la vida en el ejército de Cristo que ir a la vanguardia y ser un oficial de alto rango bajo el mando de Satanás. – Charles Spurgeon
Un pecado deleitoso, abrigado en el corazón, impedirá a un alma que haga suyo a Cristo por medio de la fe. El Señor Jesús ha venido para salvarnos del pecado. Si estamos decididos a seguir pecando, Cristo y nuestras almas nunca se unirán. Si un hombre se bebe un veneno y alguien llama a un médico para que venga a salvarle la vida, puede que este tenga un antídoto eficaz consigo. Pero si el paciente no deja de llevarse la botella de veneno a los labios y continúa tomando ese líquido mortal, ¿cómo podrá el médico salvarle? – Charles Spurgeon
Perfectamente verdadero es el Evangelio, pues Dios es su Autor. Créelo. Perfectamente poderoso es el Salvador, pues es el Hijo de Dios. Confía en Él. Perfectamente eficaz es su preciosa sangre. Mírala para ser perdonado. Perfectamente lleno de amor es su corazón misericordioso. Corre hacia él ahora mismo. – Charles Spurgeon
Jesús invita a todos aquellos que están trabajados y cargados a venir a Él, y Él les hará descansar. No les promete esto a quienes meramente piensan en Él. Tienen que venir, y tienen que venir a Él, no simplemente a la iglesia, ni al bautismo, ni a una fe ortodoxa, ni a nada que no sea su divina Persona. – Charles Spurgeon
¡Pecador, corre hacia Cristo! Pero quizá respondas: “Soy demasiado vil”. Cuanto más vil seas, más le honrarás al creer que Él puede proteger aun a alguien como tú. “Pero es que soy un gran pecador”. Entonces tanto más honor para Él si tienes fe para confiar en Él a pesar de ser un gran pecador. – Charles Spurgeon
Cristiano, debes saber que tú no estás actuando como deberías hacerlo cuando eres impulsado por cualquier otro motivo que no sea la gloria de tu Señor. – Charles Spurgeon
Pecador, tú que no crees en Jesús, nada de esto es tuyo. Mientras permanezcas como eres, las amenazas son todas tuyas. Si rehúsas creer en Jesús, ni esta vida ni la que viene es tuya, ni el tiempo, ni la eternidad. Tú no tienes nada bueno. Oh, cuán terrible es tu porción ahora, pues la ira de Dios está sobre ti. ¡Oh, que tú fueras sabio, que tu carácter pudiera ser cambiado, pues hasta que haya sido cambiado, no nos atrevemos a halagarte: no hay ni una sola promesa para ti, ni una sola frase de aprobación. Tú tienes tus alimentos para comer y tus vestidos para cubrirte, pero aun eso te es dado por la abundante misericordia de Dios y se puede convertir en una maldición para ti a menos que te arrepientas. Lamento mucho traerte un mensaje así, pero debo ser honesto contigo. Eso es todo lo que puedo darte. Dios lo ha dicho, y es una terrible sentencia: «maldeciré vuestras bendiciones.» Oh, pecador, la maldición del Señor está en la casa de los impíos. – Charles Spurgeon
Una niña rescatada de un incendio se agarra al bombero y confía solamente en él. No pone en duda la fuerza de sus brazos para cargarla, ni el celo de su corazón por rescatarla. Simplemente se agarra a él. El calor es terrible, el humo ciega sus ojos, pero ella se agarra, y su rescatador la lleva rápidamente a un lugar seguro. Con esa misma confianza infantil, aférrate a Jesús, quien puede sacarte, y te sacará, del peligro de las llamas del pecado. – Charles Spurgeon
El pecado nos ha herido, arruinado, matado y corrompido. El pecado ha puesto la enfermedad en el mundo, cavado la tumba y alimentado al gusano. Oh pecado, tú eres la madre de todos los pesares, lamentos, suspiros y lágrimas que han existido en este mundo. – Charles Spurgeon
Cuánto aborrezco pensar que alguna vez he sido tan necio como para pensar que había algo bueno en mí, que alguna vez soñara en volver a Dios con mi propia justicia. – Charles Spurgeon
El pecado nunca nos ha beneficiado, ni nunca lo hará. No, el pecado es veneno, veneno mortal para nuestro espíritu. ¡No lo toleraremos más ni por un instante! – Charles Spurgeon
Si sé que una calle está infectada de viruela, no querré andar por ella. Preferiría evitarla, para evitar la plaga. Lo mismo sea con lo que una vez fue su pecado más querido. – Charles Spurgeon
Creyente, allí está tu porción: en la tierra bendita. Pecador, a menos que te arrepientas, allí está tu porción: en la tierra de tinieblas y de llanto, y de lamentos y de crujir de dientes. – Charles Spurgeon
Digan en todos lados [a los pecadores] que Dios gratuitamente y por misericordia infinita está dispuesto a regenerarlos, y hacer de ellos nuevas criaturas en Cristo Jesús. – Charles Spurgeon
Apártense a toda velocidad de cualquier cosa que tenga la mancha, aún más pequeña de pecado; y quiera Dios ayudarles a seguir haciéndolo toda la vida. – Charles Spurgeon
Yo les digo a cada uno de ustedes, quien quiera que sea, cualquiera que sea su condición pasada, Dios te puede renovar de acuerdo al poder de Su gracia; así que, ustedes que son para Él como huesos muertos y secos, pueden ser revividos por su Espíritu. – Charles Spurgeon
Pobre alma no regenerada: la Biblia dice que, si estás perdido, lo estás para siempre; que si mueres sin Cristo y sin Dios, no hay esperanza para ti; que hay un lugar donde leerás en letras de fuego: “Sabías tu obligación, pero no la cumpliste”. Serás echado de su presencia con un: “Apártate de mí”. – Charles Spurgeon
A vosotros, espíritus afligidos, que habéis gozado de todos los placeres y ahora estáis exhaustos por el hastío, o incluso por la enfermedad, que anheláis ser liberados de todo ello; ¡oh!, vosotros que buscáis algo mejor que lo que este frenético mundo jamás os pueda ofrecer, a vosotros os predico el bendito Evangelio del bendito Dios: Jesucristo, el Hijo de Dios, nacido de la virgen María, sufrió bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, y resucitó al tercer día para salvaros a vosotros; si, aun a vosotros, porque Él vino al mundo para salvar a los pecadores. – Charles Spurgeon
Si guiado por el Espíritu eres llevado ahora a aborrecerte a ti mismo en polvo y ceniza por tu pecado, verdaderamente, como siervo de Dios, en su presencia te digo que tú serás salvo; porque Jesús no murió por ti para luego dejarte perecer. – Charles Spurgeon
¡Oh, que terrible!, pensar que el Señor Jesucristo viniera del cielo, que colgara del madero, que allí expiara en dolorosa agonía, y que desde aquella cruz, bajando sus ojos sobre ti, dijera: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados”; y que a pesar de ello continuarás apartado de Él; de todas las heridas, ésta sería la más cruel que podrías infligirle. ¿Hay algo más inhumano y diabólico que apartar tu rostro de Aquel que dio su vida por ti? ¡Ojalá fueras tan sabio que comprendieras esto, que consideraras tu último fin! – Charles Spurgeon
¡Oh, tú, el más grande de los pecadores!, Cristo “puede salvar eternamente” ¡Pregonad este mensaje por doquier, en las buhardillas, en las cuevas, en los antros de perdición, en todo cubil de pecado!; ¡anunciadlo por todas partes! “¡Eternamente!” -¡Hasta lo sumo!- “¡Él puede salvar eternamente!” – Charles Spurgeon
Hemos de recordar, en los momentos de popularidad, que el “crucifícale, crucifícale”, siguió de cerca a los “hosannas”, y que la multitud de hoy, si es tratada fielmente, puede tornarse mañana en unos pocos; porque a los hombres no les gusta que se les hable claro. Hemos de aprender a ser despreciados, a ser condenados, a ser difamados, y entonces aprenderemos a ser hechos útiles por Dios. – Charles Spurgeon
Es una necedad pretender servir a Dios sin oposición. Cuanto más celosos seamos, tanto más atacados seremos por los esbirros del Infierno. – Charles Spurgeon
Cuando los impíos dicen que molestamos, no nos importe que no nos quieran. Si los enemigos del rey creen que somos alborotadores, tomémoslo como un gran elogio. – Charles Spurgeon
Cuando usted, mi querido hermano, se encuentra con oposición, responda con oración. – Charles Spurgeon
Si usted está sirviendo al Maestro, deje que las habladurías lo muevan a una mayor consagración. Si protestan contra usted porque es demasiado atrevido, sirva al Señor con más vigor y acabará usted con su ponzoña. – Charles Spurgeon
Amados, tenemos que estar dispuestos a morir por Cristo, o no tendremos ningún gozo en el hecho de que Cristo murió por nosotros. – Charles Spurgeon
¿Comenzó usted a trabajar para Cristo a fin de ser honrado por los hombres? Si es así, retírese porque lo hizo por un motivo inaceptable. Pero si lo hizo puramente para honrarle a él y ganar su aprobación, ¿qué más puede querer? – Charles Spurgeon
*Charles Haddon Spurgeon fue un teólogo, predicador, misionero, erudito bíblico, escritor y pastor bautista inglés, conocido porque, según la Internet Christian Library, a lo largo de su vida evangelizó alrededor de 10 millones de personas y a menudo predicaba 10 veces a la semana en distintos lugares.
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