RECIBE MATERIALES DE A.W. TOZER EN TU MESSENGER, para recibir materiales, CLICK AQUÍ.
Por: A. W. Tozer
Este artículo forma parte de la serie «Mi búsqueda diaria«
Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche. SALMOS 90:4
Una de las grandes verdades de las Escrituras que tanto anima a mi corazón, es que Dios siempre actúa tal como es. No hay arcángel, ni diez mil ángeles con espadas, ni querubines o serafines que puedan persuadir a Dios para que actúe de otra manera que no sea la de Él mismo.
Suelo ser susceptible a las presiones externas. Mi estado de ánimo en determinada ocasión resulta de las presiones externas que me rodean. Si afuera es frío, siento frío. Si afuera es brillante y soleado, me siento contento, feliz. Pero cuando se trata de Dios, la cosa es muy distinta.
Dios actúa siempre como quiere y siempre lo hará. Redimió a la humanidad en el marco de su potencia. No cambiará. Si lo hiciera, entonces no sería Dios, porque tendría que ir de mejor a peor, o de peor a mejor. Como es Dios y es perfecto, no cambia en ninguna dirección; permanece siempre siendo Dios.
¡Eso es una maravillosa noticia para mí! Cuando acudo a Dios no necesito preocuparme si lo encontraré de buen ánimo o no. Él siempre es el mismo. Nunca cambia. No hay presión alguna que pueda cambiar a Dios. ¡Aleluya! Cuando encuentro a Dios, encuentro a Dios.
Oh, qué dulce el glorioso mensaje que por fe podemos reclamar;
Ayer, hoy, y siempre Jesús es el mismo,
Y ama, salvando al pecador,
Sanando al enfermo, al inválido,
Animando al que llora, acallando la tempestad;
¡Gloria a su nombre!
A. B. SIMPSON (1843-1919)
Cuando vengo a ti, oh Dios, te encuentro tal como has sido siempre. Tu corazón siempre está abierto para mí, y por ello te doy gracias eternamente. «Siempre el mismo», tu bendito tema. Amén.
Puedes seguirnos en WhatsApp, Instagram,Messenger,Facebook, Telegram o Youtube. También puede suscribirse a nuestro boletín por correo electrónico.