Horacio G. Spafford nació en North Troy, New York, y se destacó como un abogado y un fervoroso presbiteriano laico. Fue conocido por su sincera devoción cristiana y su activa participación en la iglesia, siendo miembro de la Junta Directiva del Seminario Teológico Presbiteriano de Chicago. Spafford fue padre de un hijo varón y cuatro hijas, y un fiel amigo y benefactor del evangelista D. L. Moody.
Tragedia y Pérdida
En 1871, la vida de Spafford fue golpeada por la tragedia cuando su único hijo varón enfermó y murió. Meses después, el Gran Incendio de Chicago destruyó la mayoría de sus posesiones, agravando su dolor.
En noviembre de 1873, Spafford decidió llevar a su familia de vacaciones a Europa, con la intención de apoyar a Moody en su obra evangelística. Sin embargo, un asunto inesperado lo retuvo en Chicago, por lo que envió a su esposa y sus cuatro hijas —Ana, Maggie, Bessie y Tanetta— a Inglaterra a bordo del trasatlántico Ville du Havre el 22 de noviembre de 1873.
El Hundimiento del Ville du Havre
Durante su viaje transatlántico, el Ville du Havre fue impactado por el navío inglés Loch Earn y, en solo veinte minutos, se hundió. Las cuatro hijas de Spafford —Ana de 11 años, Maggie de 9, Bessie de 7 y Tanetta de 2— estuvieron entre las 226 personas que perecieron en el desastre. La esposa de Spafford, una de las pocas personas rescatadas, envió un desgarrador telegrama a su esposo desde Inglaterra con las palabras: “Salvada sola. ¿Qué debo hacer?”
Inspiración en la Tragedia
Spafford inmediatamente se embarcó hacia Inglaterra para reunirse con su esposa afligida. Mientras su barco pasaba por el lugar aproximado donde sus hijas se ahogaron, su profunda tristeza combinada con su inquebrantable fe en la bondad de Dios lo inspiró a escribir las palabras del hermoso himno «It is well with my soul» («Estoy bien, con mi alma»).
Una Nueva Vida en Jerusalén
En 1881, la familia Spafford se mudó a Jerusalén, donde se unieron a una colonia americana y trabajaron difundiendo el mensaje de Cristo entre las comunidades judías y musulmanas. Sin embargo, la vida de Spafford llegó a su fin en octubre de 1888, cuando falleció a los 60 años tras contraer malaria.
Horacio G. Spafford dejó un legado de fe y fortaleza en medio de la adversidad, inspirando a generaciones con su historia de devoción y fe.
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Por la fé inquebrantable de personas como este hermano, el evangelio nunca se dejó ni se dejará de predicar, porque están seguros cuál es el propósito de haber sido creados. Gloria al Santo Nuestro Señor Jesucristo.
La valentía con la cual asumimos nuestras pruebas y aflicciones es una muestra ferviente de la fé que profesamos, el inmutable amor de Dios hace presencia en nuestras adversidades.
Por qué el Señor no nos dió espíritu de cobardía sino de amor, de poder y de dominio propio para sobrellevar nuestras dificultades. Bendiciones