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Por: A. W. Pink

«Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo» (Efesios 6:11).

Lo primero que tenemos que hacer es despertar para resistir la tentación por medio de una dependencia total de la gracia suficiente de Dios, es decir obtener de Él la fuerza que nos permitirá avanzar y luchar contra el enemigo. Lo segundo es estar bien armados para la batalla que debemos enfrentar a diario. Esta es la relación entre los versos 10 y 11: «Fortaleceos en el Señor» y «Vestíos de toda la armadura de Dios»: primero, despertar para resistir la tentación, buscar fortaleza para enfrentar la batalla cada día; entonces procurar llevar puesta toda la armadura de Dios.

El cristiano está en medio de una guerra. Hay una batalla delante de él, por eso la armadura es absolutamente necesaria. Es imposible para nosotros permanecer firmes contra los engaños del diablo a menos que aprovechemos la provisión que Dios ha hecho para que podamos permanecer firmes. Vemos que se le llama la «armadura de Dios»: así como la fuerza que necesitamos no viene de nosotros mismos, sino que es dada por el Señor, así los medios de defensa no provienen de nuestras propias fuerzas y capacidades, sino que solamente son provistos por Dios. Se le llama la «armadura de Dios» porque Él la provee y la otorga, nosotros tenemos que colocárnosla. Dios no nos la coloca; Él la pone delante de nosotros a nuestra disposición; y es nuestra responsabilidad, nuestro deber y nuestra tarea, que nos pongamos toda la armadura de Dios.

Ahora, es muy importante que debamos reconocer que este término «armadura» es figurativo, es una metáfora, y se refiere no a algo material ni carnal. Es una expresión figurativa que denota las gracias del cristiano, y cuando se nos dice «vestíos» de la armadura simplemente significa que debemos poner en ejercicio nuestras gracias. «Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo». No hay ninguna firmeza si no estamos armados. Por otro lado, no hay caída ante el diablo si nuestras gracias están saludables y activas.

«Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efesios 6:12).

Con la palabra inicial «porque» el apóstol está adelantando una razón, la cual equivale a un argumento, para así, hacer cumplir la exhortación que acaba de dar. Porque no luchamos contra carne ni sangre, sino contra principados, no contra simples enemigos humanos, sino con las potestades de la oscuridad de este mundo, entonces la armadura de Dios es esencial. Esto nos muestra el terrible conflicto que tenemos delante de nosotros. No es un conflicto imaginario, ni son enemigos ordinarios los que tenemos que enfrentar; sino espirituales, sobrehumanos e invisibles. Esos enemigos buscan destruir la fe y producir duda. Buscan destruir la esperanza y producir afán. Buscan destruir la humildad y producir orgullo. Buscan destruir la paz y producir amargura y maldad. Buscan privar nuestro gozo en las cosas celestiales al distraernos con la atención en las cosas terrenales. Sus ataques no son al cuerpo sino al alma.

«Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes» (Efesios 6:13).

*A.W. PinkFue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas


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3 comentarios en «¿Estás usando la armadura de Dios en la guerra espiritual diaria? – A. W. Pink»
  1. Ponernos la armadura de Dios a diario porque día a día tenemos una lucha para resistir los días malos y cerrar las puertas al pecado al orgullo amargura a las cosas del mundo que buscan distraernos y dejar de orar y leer la biblia estar firmes en nuestra fé y así tendremos la paz de señor que sobre pasa todo entendimiento y esperanza confianza en las promesas de Dios amén

    1. Amén hermanos me gusta mucho todo lo que mandan nos ayudan día a día , Dios los continúe bendiciendo

  2. Es definitivo que tenemos una guerra, y como guerra tenemos que luchar. Por ende recibimos ataques no solamente en circunstancias, sino en nuestra mente, ¿Y cuáles son?, pereza (engaño de satanás), duda, apatía, falta de perdón, enfriamiento etc…

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